jueves, 26 de junio de 2014

FRANCISCO TADEO CALOMARDE DE RESTASCÓN Y ARRIA

Una vez más nos encontramos con un personaje muy ilustre en su época, que pasados los años, ninguna institución de nuestro querido Aragón, ha rescatado para que no pereciese en el olvido. Intentaré con todo respeto volver a colocar a un aragonés insigne que llegó a ser ministro de la corte de Fernando VII, un rey traidor como ninguno, al que sirvió en unos tiempos muy difíciles, donde ejercer el poder a la vez que la paz, era muy complicado.


Francisco Tadeo Calomarde de Retascón Y Arriá, Nace en Villel en plena Sierra de Albarracín, hijo de labradores  tan humildes, como honrados. Hasta los quince años ayudó en las duras tareas del campo, pero dada su precoz inteligencia, los maestros de la zona aconsejaron a su padre que le diese estudios, estos hicieron un gran esfuerzo y lo mandaron a Zaragoza a estudiar Filosofía y Leyes.

Tenía una enorme capacidad de comunicación, afabilidad y simpatía, lo que contribuía a ganarse fácilmente el cariño de muchos. Encontró trabajo solamente por la comida, en la casa de una familia acomodada, que le tomó cariño y le sirvió de enlace para consolidar su trayectoria.

A pesar de poseer gran inteligencia, fue estudiante regular, puesto que la ciudad tenía para él muchos atractivos que distraían sus pensamientos del estudio. Empero, consiguió titularse en abogacía.

Escribía discursos e informes, para aportar ideas sobre todo en temas de economía y agricultura, llegando a presentarlos en las Reales Sociedades Económicas del País. Preparó un trabajo titulado, Discurso Económico-Político  que trataba de la cantidad de trigo que se ha recogido en aquel último quinquenio en Aragón,  también escribió Historia Política de Aragón.

Viendo que medraba con rapidez, marchó a Madrid con una carta de recomendación para D. Antonio Beltrán, médico del Príncipe. Este al ver las credenciales que presentaba, lo alojó en su casa y lo propuso para una plaza en la secretaria de Gracia y Justicia de Indias.

Calomarde, hizo la corte a la hija de su benefactor, llegándose a prometer con ella, cuando empezó a salir por el Madrid de la corte y tratar con mujeres bellas y bien dispuestas, atrasó el enlace de bodas con Juana Beltrán, que no tenía ni gozaba de las excelencias femeninas que, el de Villel estaba conociendo en la Corte. Su futuro suegro se quejó a Godoy y éste le recriminó, recordándole que el puesto que había conseguido, se llegaba a él después de muchos años de espera o por un gran favor, así que le dio a elegir entre la cárcel o la boda. Se casó en enero de 1808.

En marzo, cuando estalla el motín de Aranjuez, y la política de poder cambia rotundamente, rompe su forzado matrimonio. Juana estaba enamorada de él, por lo que acepta seguir teniendo una relación de amistad, aunque ella se marcha a vivir a Zaragoza. Cuentan los amigos de ambos, que Calomarde cuando  viajaba a la capital del Ebro, siempre se quedaba en casa de Juana. Cuando esta falleció, al cabo de muchos años, le deja todo cuánto tenía, aunque, el de Villel, estaba en pleno apogeo de poder.

El gobierno entero cayó, pero Calomarde continuó en España, oponiéndose abiertamente a los franceses. Era un firme defensor de las tradiciones conservadoras y absolutistas del poder.



En las Cortes de Cádiz, mostró su rechazo a los liberales. Intentó ser diputado por Aragón sin conseguirlo. Cada vez más ultraabolutista, llegó a ser Fiscal del Tribunal Especial de las Órdenes. Poco a poco fue escalando puestos de poder. Estaba encargado por la corona de informar sobre los políticos, sobretodo, de los liberales. Era el Subsecretario de Gracia y Justicia. Pero con la llegada del Trienio Liberal, su poder se eclipsa. El Rey tuvo que jurar la Constitución y Calomarde es objeto del odio de los liberales. Lo confinaron a Pamplona, pero huyó a Madrid, donde tuvo que estar escondido hasta de sus amigos.

Cuando los Cien Mil Hijos de San Luis enviados por la Liga Monárquica europea, restaura el absolutismo, el propio Duque de Angulema que los manda, le nombra Secretario de la Regencia y Ministro de Gracia y Justicia. Parece ser que a Fernando VII, no le gustó el nombramiento, pues el de Villel, lo dominaba con sus informaciones  político-policiales.

Por entonces había dos partidos enfrentados, que se disputaban el favor del monarca, uno moderado que lo encabezaba Francisco Cea Bermúdez, y otro ultraconservador que lo dirigía, el propio Calomarde. Encargado de las reformas educativas, anula los grados universitarios, establece censura en  libros de centros laicos y religiosos, controla la ideología de los docentes, orienta los planes de estudios hacia la Teología y el Derecho y en su tenaz tradicionalismo, crea escuelas de tauromaquia y las enseñanzas primarias las basa en la religión católica, la lectura, escritura, las reglas aritméticas y reglas de ortografía. Aboga por la abolición del castigo físico. Se desenvolvía perfectamente con todo el mundo, con Fernando VII o  con el Boticario Mayor.

Decía Benito Pérez Galdós,  en Los Cien Mil Hijos De San Luis, de su obra “Los Episodios Nacionales” que era de la mejor pasta servil que se podía conocer por aquellos tiempos. Tenía fama de ser muy adulador y se casó con la muchacha más fea del reino. Era inteligentísimo, un maestro en el arte de tratar a las personas y de sacar partido de todo. Hombre más bien agraciado y de exquisita educación de donde obtenía sus preeminencias, aunque esta última característica era más estudiada que congénita. Nunca perdió esa patina de hombre de campo, de la que tanto presumía y no por humildad.

Tenía ramificaciones policiales por todo el país. En 1827, sofoca la revuelta catalana de los Agraviados. Sus métodos para conservar la paz, eran inquisitoriales

En el conflicto sucesorio entre el Infante Carlos y su sobrina Doña Isabel, Calomarde se pone de lado del Infante, al ser un partidario acérrimo de la Ley Sálica. Conspiró activamente y consiguió que el Rey, gravemente enfermo, firmase un Decreto en el que volvía nuevamente a la Ley Sálica. Por ello la Infanta Luisa Carlota, lo abofeteó públicamente delante de toda la Corte, a lo que Calomarde respondió muy tranquilamente… manos blancas no ofenden.

Cuando el Rey mejoró, el nuevo gobierno dirigido por Cea Bermúdez, recuperó y actualizó la Pragmática de 1789, declarando nulo el anterior testamento y anunciando como heredera legítima a Isabel II.

Fue desterrado de la Corte, a sus posesiones de Teruel, al perder influencias con su obstinada obsesión, en contra de la derogación de la ley Sálica y la presión que ejerció en el monarca enfermo para conseguirlo.  Se marchó a Olba (Teruel) y de allí a Hijar, hasta el 12 de noviembre de 1832, que sale hacia Francia disfrazado de monje Bernardino, eludiendo al orden de detención que partía de gobierno que pretendía juzgar sus hechos. Intentó llegar a Roma, para ser nombrado cardenal, pero no tuvo éxito.

Se dice que en sus últimos años, se dedicó a dar cobijo a los refugiados, de cualquier color político, especialmente aragoneses. Se instaló en Toulouse con escasos medios económicos, a su muerte, el gobierno francés, le rindió los máximos honores en su funeral. Su cuerpo reposa en Olba, población a la que donó unas escuelas.




Los pequeños pueblos de Peñascales y Vallehondillo, unidos hoy, toman el nombre de Calomarde, en honor de este turolense, del cercano pueblo de Villel.
Fue Académico de Honor de la zaragozana Real  Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis. Recibió el Toisón de Oro en 1829, la Gran Cruz de la Orden de Carlos III y la Legión de Honor. Estaba ennoblecido como Duque de Santa Isabel y Dos Sicilias. Fue el autor de Plan General de Estudios.

Sobre la mala fama de este personaje y su labor política, D. Jacinto Benavente, acuñó una frase para exagerar la mala política que en 1936 llevaba a cabo Santiago Casares Quiroga ”El peor gobierno desde Calomarde “.

Zaragoza a 27 de junio de 2014

La Vicepresidenta

domingo, 22 de junio de 2014

PETRONILA DE ARAGON

Petronila, hija de Ramiro “El Monje” y de Inés de Poitou, nace el 11  de agosto de 1136 en la ciudad de Huesca.
Fue concebida para dar al Reino, un heredero. Ramiro, firma los esponsales en Barbastro  al año de nacer con Ramón Berenguer, conde de Barcelona, bajo el régimen de Casamiento  En Casa .Una vez realizados todos los trámites de sucesión, este rey que no ha pasado a la historia  como un dignatario justo, se retira a San Pedro el Viejo de Huesca, conservando el título de rey. Inés es devuelta a Francia y Petronila queda al cuidado del condado de Barcelona, donde es educada. Aquí inicia el insignificante, la dentellada al reino de Aragón, de la mano de un carnicol obligado a ejercer de hombre del siglo y que será nefasto para el desarrollo y crecimiento de su cuna, protagonizando los indebidos, lo que corresponde a los actores
Ramiro elige a Inés de Poitou, porque ya había tenido hijos sin complicaciones, cosa muy importante en aquella época. No estaba en su mente el convivir con mujer alguna, de hecho dejó constancia, que solo conocería mujer para la procreación y dar un heredero al reino. A Petronila solamente la vio en el momento de su nacimiento, pero no por ello, dejó de estar siempre enterado de todo cuanto a su hija rodeaba.
Desde muy joven Ramiro, pasó su vida dedicado a la iglesia, desde muy niño, pasaba muchas horas encerrado en el templo, la comunión que tenía con el silencio y la paz que rodeaba todo lo eclesiástico, era para él un bálsamo. No le gustaba la parafernalia que rodeaba la corte, buscaba el recogimiento y las lecturas de los santos Libros. Estuvo en un monasterio en Francia, de abad, en San Pedro el Viejo de Huesca, y como obispo de Barbastro.
Cuando muere su hermano Alfonso, en el sitio de Fraga, sin descendencia, deja todos sus bienes y sus posesiones a los Templarios, Los Hospitalarios y los Caballeros del Santo Sepulcro, pero a nadie se le ocurrió la idea de llevar a cabo semejante ejecución testamentaria, aunque nunca estuvo en el ánimo Alfonsino que se realizara, sino el de involucrar a esas aguerridas y fanáticas tropas, en la Cruzada Aragonesa.
Se reunió el Reino, encabezado por los nobles aragoneses en Jaca y decidieron que Ramiro, debería ser el Rey. Este se encontraba en Tierrantona celebrando la Navidad,  como obispo de Barbastro, cuando recibe la noticia de la muerte de su hermano. Mal día para el reino, no cabe duda, no estuvieron muy acertados en la elección y prevaleció más el interés personal que el institucional. Sí es cierto que la situación no gozaba de la tranquilidad subsistencia requerida, pues eran muchas las apetencias que otros monarcas tenían sobre Aragón, no solo Navarra a la que ya estaba unida, sino Castilla y León con más fuerza y…¿derecho? Del paso del imperator Hispaniae por Zaragoza para hacer valer sus herencias quedan hoy, la bandera municipal de la ciudad como señera del rey Alfonso el castellano, la desaparecida Militia Christi Caesaraugustana sería otra de las varias que en el corto espacio de tiempo dejó como impronta, amén del vasallaje que arrancó a los notables del reino que se declararon vasallos del castellano, corroborado mas tarde por el prínceps de Aragón, el conde de Barcelona marido y representante de su esposa, el que vela por sus derechos. Al resto como se suele decir en tono jocoso, no
Ó


les llegaba ni la humedad, así que de pronto un triste conde de dudosa subsistencia se ve encaramado ni más ni menos que a un principado (aun no existía  el pretendido principado de Gerona creado por Pedro IV a mediados del siglo XIV, creación por tanto aragonesa, para su hijo ni el marquesado de Lérida, falacias de títulos vacíos como tantas cosas “malentendidas” y que algún aficionado confunde churras con merinas, evidentemente pasan por alto que el Rey y el Reino en Aragón eran dos instituciones que no siempre se llevaron bien, de hecho desde este carnicol, nunca fueron buenas esas relaciones, así que lo de rey consorte en la persona del “catalán” que alegremente exponen en algún comentario, debería de al menos considerarlo, pues son dos instituciones DISTINTAS, de ahí que el rey no podía otorgar, regalar, ceder o disponer de un reino que no le pertenencia, el supuesto documento atribuido a Arteta, donde lo primero que se percibe es una falta de testes para una caso de tanta importancia, más bien parece un borrador y desgraciadamente es ya harto conocido las manipulaciones documentales que nuestros vecinos realizan constantemente en busca de una identidad nuca habida. Empero, queda  claro aún con todo, que como varón es albacea no propietario, como varón los hijos que engendre de la estirpe de Petronila serán los herederos de la corona, pero le deja claro que nunca será rey, ni consorte, ni zarandajas que algunos enarbolan, no deja pues el reino, sino que nombra albacea para su gobierno, a tenor de las costumbres del siglo. No así sus posesiones que sí eran muchas dentro y fuera del reino aragonés. Los barros de aquellas orillas, hoy quiere ser como la isla erguida en mitad del cauce del rio y a la que sus aguas rodean pero no invaden.
No aceptó la corona nunca, de hecho se lo tomó como un sacrificio muy grande. Hombre solo dispuesto  para la vida monacal, le disgustaba todo cuanto le rodeaba. A pesar de todo, tuvo que sofocar unas revueltas, aunque no tenía experiencia política, se dejó aconsejar por los nobles del reino. Ramiro sabía de sus limitaciones para la vida  militar, pero no por ello carecía de carácter,  ni era un pusilánime, solo fue un ácido clorhídrico que llevo a la institución cuya titularidad, ostentaba por derecho a una corrosión absoluta, no sin contar con la colaboración de la parte opositora de los acuerdos de Jaca, traidores que no cejaron ni cejan de dañar su cuna. Había dos bandos que luchaban por el poder y las riquezas, aprovechando el cambio de monarca. En una de esas luchas, casi le cuesta el reinado a Ramiro, teniéndose que refugiar en Besalú, una de las cuestionadas posesiones del Berenguer en 1135. Cuando regresó, mandó decapitar a los nobles que habían asaltado una caravana de musulmanes en tiempo de tregua, esto dio origen a la leyenda de la Campana de Huesca.
Cuando Petronila esta en edad núbil a la edad de 14 años, que es cuando la iglesia permitía, para consumar el matrimonio, se casa con Ramón Berenguer .Este matrimonio tiene doble singularidad, por tratarse de una reina y un conde, que además es vasallo del rey de Francia y el Derecho Aragonés llama Casamiento En Casa. Poco sabemos de la infancia de Petronila. Fue criada y educada por los familiares de  su esposo, aunque Ramiro siempre estuvo atento a que su hija no sufriese daño alguno. Tuvo una infancia vacía del cariño que necesitan los niños. Se dice que su padre tuvo a bien poner una doncella a su servicio, que era quien le inculcaba el fervor y devoción que debería guardar al Reino de Aragón. También para que la cuidase de los muchos peligros que la rodeaban. Sobre todo después de tener a su hijo. Puesto que a su muerte, y a la de su hijo el Reino de Aragón, podía pasar  a ser del conde Berenguer. Hay qué imaginar en qué situación debió de vivir Petronila, tanto en su infancia como en su juventud, después de ser madre.
Algún historiador, por razones políticas y  por arte de magia hace rey a Berenguer, PERO NUNCA LO FUE NI ACTUO COMO TAL. Es lamentable, que profesionales que se llaman asi mismo historiadores, se vendan, posiblemente por emolumentos muy sabrosos, puesto de nunca volverá a ser creíble ningún trabajo que puedan desarrollar. La Historia está escrita, simplemente hay que saber dónde buscar.
El casamiento en casa, significa que: se convierte con ello, en miembro de la casa de la mujer, para asumir como propio un linaje superior, el varón que se desposa bajo estos Derechos, renuncia al suyo. Se convierte con ello en parte de la familia de su mujer, titular de sus derechos, y en administrador de la misma, aunque sujeto a la autoridad del varón mayor de su nueva casa, si lo hubiere. Según los Fueros de Aragón, dice que si un individuo contrae matrimonio con un forastero , y el heredero muere , el forastero podrá disfrutar solo del usufructo viudal de la casa, mientras no vuelva a casarse, en caso contrario el usufructo queda extinguido y el forastero pierde la casa.
Esta institución jurídica, tuvo su origen en las comarcas de Alto Aragón en comunidades agrícolas y ganaderas, de esta forma se conservaba la viabilidad de los bienes. Para mantener el solar indiviso, era necesario tener un heredero único, lo que contribuía al agrandamiento de la casa. La Casa Aragonesa no es solo el  inmueble familiar, sino que abarca todas las posesiones, tierras, edificios, además de toda vida domestica que hubiere y compartiere ancestros, pero también, criados y otros acogidos. Todo ello forma un patrimonio indivisible. De este modo la Casa aragonesa tiene carácter de institución y aparece en los Fueros aragoneses. El Reino de Aragón es desde el punto de vista de la etnología, una “sociedad basada en la casa” que aparecerá en los fueros aragoneses a partir de una base consuetudinaria .Para asegurar esta transmisión y esta pervivencia de la Casa, el Reino de Aragón a falta de sucesor varón, se transmite por vía de la mujer.
Queda muy claro que Ramiro seguirá siendo “rex dominus et pater in prephator regno et in totes comitatibus tuis dum mihi placuerit”. Ramón de Berenguer acepta por rey, señor y padre al señor mayor de la Casa de Aragón, tanto en Aragón, como en los condados de su casa de origen, sin limitación ninguna.
Asi era en el Derecho de Aragón, la ley es clara, con documentación conservada y muy bien elaborada, justamente para afianzar sin duda la supervivencia de la Casa. El nuevo miembro de la Casa de Aragón, no tendrá ni  la nula propiedad ni titularidad de los derechos de los bienes, salvo que se extingan el señor mayor, la heredera y futura reina, y  los hijos  que esta pueda tener. Solo en tal caso podrá el nuevo hijo, súbdito y vasallo, ser el señor mayor. Cosa que no sucedió.

Petronila consiguió, que en todas las ocasiones importantes del reino (y una vez muerto Ramiro)  de forma solemne y ante testigos de solemnidad, que se cumplieran estos Derechos sin excepción .Lo hizo a punto de dar a luz a su primer hijo en 1152, y cuando cedió sus Derechos a su hijo Alfonso II, con la inclusión de los bienes y jurisdicciones de su padre, quien no fue rey NUNCA, mientras su esposa siempre fue reina. Pero sí, el hijo de ellos, fue  heredero del Reino de Aragón.
Ramón ejerció como administrador, de la Casa de Aragón .Fue Ramiro II, quien siguió siendo el rey, señor y padre. Existe un documento en el que dice: “Y yo predicho Ramiro sea rey, señor y padre en el citado reino y en todos sus condados mientras me plazca” e “in tota vita mea teneas me sicut patrem et dominum” en toda mi vida me tengas como padre y señor. Ostentó el título de rey hasta su muerte en 1157 , con lo que Ramón Berenguer IV, se integra en la Casa de Aragón, al ser pactadas sus capitulaciones matrimoniales de acuerdo al Derecho Jurídico Aragonés, dando lugar a que fuese Petronila la reina, hasta el 18 de junio de 1164 que abdica en su hijo Alfonso II.
Por motivos políticos que todos conocemos, hay historiadores que escriben al servicio de quien paga. Pero la historia se conserva escrita, sin estar al servicio del político de turno.
Hay una anécdota que aclara mucho, quien reinaba. En un acto oficial, Petronila marchaba majestuosa hacia el salón del trono, donde debía recibir a una delegación, y Ramón, se coloco a la cabeza de la entrada, a lo que Petronila le llamo la atención, diciéndole que la reina era ella, que su sitio estaba detrás. Se cuenta que su esposo nunca se lo perdono. Petronila Berenguer solo le ofreció…el anillo de desposado.
Petronila muere en Barcelona, 9 años después que su esposo, a la edad de 37 años.
Renunció a otro matrimonio y a la  corona. Se retiró de toda vida de real y vivió dedicada a sus rezos y privada de todo lujo, por voluntad propia. Murió el 15 de octubre de 1173, siendo enterrada en la catedral de Barcelona. Un condado más de sus múltiples posesiones.

Zaragoza a 18 de junio de 2014
La Vicepresidenta



lunes, 9 de junio de 2014

EL OFICIO DE HISTORIADOR

Según  el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, el oficio es una denominación que indica una ocupación habitual en la práctica de algún arte; historiador es aquél que explora, investiga y descubre el pasado sirviéndose para ello de unas técnicas, cuyo resultado lo pone luego por escrito, si coligamos ambos conceptos obtendremos lo siguiente : Persona que dotado de unos conocimientos adquiridos, ejerce como memoria colectiva donde pueden verse los errores del pasado para las soluciones de los problemas del presente, que transmite los resultados de sus investigaciones dotando a la sociedad de un punto de origen y de una futura meta, donde cada día se amplían los campos de investigación, estudio, publicación.


Ya desde la antigüedad, el oficio de historiador nace como una necesidad de memoria, donde políticos y militares beben para aprender de los errores de su antecesores, su función social es clara, es la memoria común de una sociedad cuya realidad presente se deriva de los fallos o aciertos de ese pasado colectivo. El método que utilice el historiador para la obtención de datos lo podrá enfocar desde distintas perspectivas, ya filosóficas, ya económicas, ya sociales, ya políticas, ideológicas, etc.

El buen historiador nunca se sentirá satisfecho con el resultado de sus investigaciones, siempre habrá una parcela del estudio que se pueda y deba ampliar, esta memoria recogida se presentará en principio como la auténtica de los hechos que ocurrieron, puede que no sea la más exacta, ni la única. Hay que tener en cuenta que el historiador es hijo de su tiempo y es harto difícil extrapolar el ideario actual al pasado, aquí el historiador debe hacer un gran esfuerzo desvinculándose mentalmente de los conceptos de la sociedad en que vive y tratar de ubicarse mentalmente en la que estudia, teniendo en cuenta que este investigador pertenece a un grupo social diferenciado, con una ideología y educación que a veces lo colocan en las antípodas de su estudio. El peso que tiene la tradición sobre las personas es superior a su objetividad, siempre se verá condicionado por todas las características de su propia procedencia.

La Historiografía tiene sus primeros pasos en tiempos de la Grecia clásica, en el siglo V a. C., los logógrafos de Asia Menor, recogen información para elaborar sus discursos, apoyar sus peticiones, defender y convencer a sus vecinos de cierta  necesidad .

padres de la Historia y de la Historiografía, Herodoto y Tucídides serán los que implantarán las bases y el método para la formación de los futuros historiadores, incansables viajeros combinarán sabiamente los conocimientos adquiridos en sus viajes con los escritos de los logógrafos, señalarán las causas de los acontecimientos, buscarán el sentido del origen del hecho. Herodoto investigará de primera mano los acontecimientos políticos. Tucídides se decantará por los sistemas jurídicos de los estados, aportando una exacta documentación y gran precisión cronológica.

Si pretendemos recomponer la historia de algún lugar deberemos de viajar para conocer su geografía, su sociedad, su economía, etc., tendremos que hablar con las gentes del lugar, fijarnos en su modus vivendi, cultivos, costumbres y ritos que realizan, relaciones entre ellos y el exterior, aspectos jurídicos y del porqué de todo esto, consultar archivos, adquirir cuanto más datos sean posibles, tratar de imbuirnos en su idiosincrasia. Mas tarde se pondrá en orden toda la información recogida, se realizará una evolución histórica del lugar y se explicarán las causas y consecuencias de esa evolución, de manera que alguien extraño al lugar lo llegue a conocer y entender perfectamente.

Obviamente estos procesos no son los únicos que debe utilizar un historiador, existen muchos y muy complejos, pero dos común a todos, el primero; total imparcialidad en el resultado de la investigación, sin cargar la pluma a favor o en contra de un determinado hecho, el segundo; va aparejado al primero, escrupulosa honradez a la hora de emitir juicios resultantes de la investigación.

En todos los países la ciencia histórica responde en el fondo a un discurso ideológico más o menos consciente. El historiador tiene que preguntarse sobre las condiciones en las que va a desarrollar su trabajo, los medios con los que puede contar y los límites de su conocimiento, debe ser consciente de que todo no lo puede abarcar, deberá optar por un camino y dedicarse a un aparte del todo, tendrá que plantearse una teoría e investigar para un desarrollo coherente, deberá escoger el método más adecuado a su forma de trabajo y tener presente que recoger la documentación, vestigios o elementos que necesita es una de sus labores principales.

Para coordinar los diversos relatos históricos se necesita un buen conocimiento de la cronología histórica. Aparentemente la historia se nos ofrece como un caos donde todo está por hacer, es fundamental que el historiador le de un orden y la descomponga por módulos que luego unidos formarán el todo, desarrollando hasta su origen el hecho investigado, precisará del uso de otras ciencias para conformar un resultado, la interdisciplinareidad es fundamental para cualquier labor histórica que se pretenda acometer.

Rubió y Ors decía; que el historiador debe ser un mero testigo de lo acontecido, no tiene que juzgar los hechos de las sociedades ni las acciones de los hombres, sino que después de haber recogido y ordenado toda la información deberá elaborar una tesis donde interprete los resultados de su investigación de una manera didáctica, de forma que pueda ser comprendido fácilmente.

Los humanistas proclamaron la utilidad de la Historia pero no supieron usarla correctamente, la exigencia de racionalidad se combina con la universalidad, todas las civilizaciones intervienen al mismo tiempo en espacios diferentes, la Historia se ocupa del estudio de ese tiempo relacionando lo nuclear con lo general, impactos, dependencias, proyecciones, se divide en pequeños estadios para hacer más fácil su interpretación, la historia natural que estudia las causas que obran en la naturaleza, la historia sagrada, que se ocupa de las relaciones humanas con las divinas, la historia humana que estudia al hombre y sus relaciones sociales, entre otras.

Las divisiones de la Historia son antinaturales de por sí, no casará con los planteamientos racionalistas, esta división debe ser entendida como una mera herramienta de trabajo del historiador así cuando hablamos de la Edad Media (principio o final), no debe entenderse nunca que llegado un límite esa sociedad cambia radicalmente sus posturas sociales, en ocasiones este cambio se lleva a cabo en un dilatado tiempo de transformaciones paulatinas donde las mutaciones ideológicas, rituales, geográficas, son constantes, se diría más bien que el hombre del Paleolítico es un contemporáneo, que hasta llegar al estadio actual ha sufrido un proceso imparable de cambios, cuyo resultado es el actual, aunque no afecte a toda la humanidad  al mismo tiempo ni en el mismo lugar.

En la actualidad se reconoce un hecho que siempre ha existido latente entre la humanidad y que pocas veces fue reconocido, la interdependencia. Roseau decía que el hombre es de por sí individualista y que solo se sometía a vivir en sociedad por sus necesidades subsistenciales, bien, así como el hombre necesita esa globalidad, las ciencias que forma parte intrínseca de esa civilización también necesitan de esa conjunción de elementos dispares, son individualidades que de por sí no representan nada pero que en conjunto forman el todo en  el que nos movemos, así la Ilustración exigirá integrar la nueva ciencia de la naturaleza como una nueva y libre ciencia del hombre y de la sociedad, se tratará de una recuperación de postulados filosóficos de los antiguos griegos, llevado a cabo desde el siglo XVIII.

Se tomará el conocimiento como una herramienta para crear la conciencia de clase del hombre, para planear el cambio social, se elevará a la Historia al rango de ciencia que estudia las causas de la evolución humana, el historiador tendrá que denunciar los abusos que se deban combatir, incitará a los oprimidos a luchar por su liberación se convertirá en la herramienta fundamental para el nuevo análisis político, se utilizará con asidua frecuencia para arengar a las masas contra el orden establecido, surgirán los pseudohistoriadores que entenderán el pasado de una forma particularista dando lugar a conciencias de corte nacionalista radicales, que prostituirán a la Historia hasta hacerla incomprensible.

A cierto grado de desarrollo económico corresponden unas determinadas formas de organización social, unas leyes y unas políticas, cuando se fortalece la idea de nación, bien entendida como la comunidad de hombres que comparten una historia, un espacio geográfico y unas culturas afines se estará recuperando lo popular.


El comportamiento de los hombres como individuos es distinto al hombre como miembro de un grupo, los hechos históricos se refieren a estas relaciones no a las individualidades. El romanticismo y el positivismo representan la ruptura respecto del pasado ilustrado y revolucionario, el romanticismo supo reunir la voluntad de ruptura con el pensamiento ilustrado, condujo a las fuerzas sociales movilizadas por la revolución hacia el camino de los nacionalismos, con sus planteamientos políticos cargados de un cierto populismo progresista, por contra el historicismo partía de rasgos conservadores de la Ilustración, piensan en la historia como una forma de enseñanza patriótica que puede ayudar a frenar las ideas de la revolución.

La  misión de la historia consiste en comprender y explicar los hechos ocurridos, hacer historia significa explorar, investigar, interpretar, etc. para lograr todo esto el historiador debe estar imbuido en la parcela histórica de que se trate, y para ello debe desvertirse mentalmente de sus concepciones sociales actuales e intentar impregnarse del de la época a investigar, tratando de establecer una simbiosis que redundará en beneficio de la investigación. Porque solo estableciendo contacto mental con  aquellos de los que escribe podrá comprenderlos mejor.

El materialismo histórico nace del impulso para continuar la línea más progresista de la Revolución Francesa y, de la crítica a las formas de explotación introducidas por el capitalismo y potenciadas por la industrialización, con un programa de construcción de un mundo nuevo opuesto al establecido, la necesidad de analizar el presente y criticar la economía política impuesta por el capitalismo, dotando al mismo tiempo al proletariado de un programa propio, así el método materialista se vuelve contraproducente si en lugar de adoptarlos como hilo conductor del estudio histórico, se usa como un esquema fijo con el cual clasificar los hechos, el materialismo histórico contiene una concepción de la historia que nos demuestra la evolución humana a través de unas etapas de progreso, definidas por la naturaleza de las relaciones que establecen entre los hombres que participan en el proceso productivo.

Partiendo de que toda historia es siempre una narración organizada, a partir de figuras y fórmulas incorporadas basadas en hechos reales (documentadas o probadas por otras técnicas), ninguna interpretación, no obstante, del historiador podrá aspirar a la validez universal, será siempre provisional, expuesta  a la crítica del tiempo, en cuyas revisiones se aceptará o rechazará. El conocimiento objetivo sobre la sociedad y los procesos de cambio que en ella se realizan, hace necesario distinguir entre las que le afectan profundamente y que tiene repercusiones sobre los intereses sociales, y las que son coyunturales que no modifican la estructura de manera significativa y que no afectan más que a pequeños grupos.

Como los objetos de análisis son distintos solo se puede comparar con una identidad más general, el historiador, no está solamente interesado en lo único sino en lo que hay de general en lo único. Al estudiar historia lo que se estudian son las prácticas mediadoras de épocas pasadas, vemos el pasado con  los modelos presentes y los problemas actuales, es muy difícil para un ser humano sujeto a su tiempo trasladarse a épocas anteriores y tratar de entender el entramado político, social, económico, politico, encarnándose mentalmente en el objeto estudiado, no es fácil imbuirse en la mentalidad de un campesino ignorante e indocto del siglo XII, cuyas fronteras acaban en el predio que cultiva y cuyo pensamiento está mediatizado por una poderosa, avasalladora e insolidaria Iglesia Católica, tratar de entender su proceder, su conformismo, como tampoco lo es entender una sociedad mas o menos culta, el Renacimiento, que tiene que soportar monarcas totalmente inútiles y predadores de la vida y hacienda de la nación, estudiar los diferentes estatus que no solo pertenecen a una determinada clase especial sino que atiende a otros factores sociales, culturas, ideologías, etc.

La sociología y la antropología, se suman a las mal llamadas ciencias auxiliares de la Historia, su objetivo, entender, comprender y dar forma a las mentalidades que nos precedieron para hacerla más comprensible en lo posible al hombre actual, sin cuyo concurso no seria posible entender la tradición secular de hacer historia, se ha centrado siempre en la política puesto que estaba concebida como una narración de acontecimientos en el campo político y militar, memoria para que gobernantes y militares bebiesen en sus fuentes y no caer en los errores de sus antecesores, no habían relaciones humanas que afectasen a ese enorme conjunto de seres que sostenían toda esa sociedad, a nadie le importaba que hacían los campesinos, manufactureros y comerciantes, era algo que estaba allí y  que había que soportar puesto de que ellos vivían pero como algo carente de importancia, algo fútil, sin derechos y en buena parte sin alma (mujeres y niños, estos hasta la edad de trabajar), hasta el pasado siglo en que fueron elevados al rango de "personas".


Después de la II Guerra Mundial, los fundadores de la escuela de Annales, consideraron que había que hacer una nueva historia, más completa, que globalizase al conjunto de la sociedad, dentro de sus respectivas categorías o mundillos, unos voluntarios y otros  (la mayoría) forzosos, buscaron nuevos métodos y enfoques tradicionales, una mayor diversificación, se creó una historia social esta se usó para estudiar los movimientos obreros, pero su empleo más frecuente ha sido recuperar las relaciones entre los diferentes estatus, crear un pensamiento más unitario, abrir una vía de acceso al desconocido mundo de las bajas capas sociales de hoy y ayer. La historia social tiene su propio campo dentro de esta disciplina, la materia que estudia puede ser aislada, dentro de su enorme dificultad se puede hacer una historia social que afecte solo a ese concepto obviando el resto, así como existe la historia económica, también puede y debe existir una social, con lo que entraría en franca competencia con la sociología cuyos campos no sería difícil delimitar.

Frente a los que reivindican que la tarea del historiador es comprender, interpretar y dar sentido a los significados de las acciones, acontecimientos y procesos, el historiador social busca las relaciones de causalidad e impacto que tuvo un hecho concreto en esas sociedades, que crearon ese fenómeno ampliando el abanico de lo que en un principio es un caso particular, el sociólogo busca teorías de aplicación universal, lo peculiar de la sociología histórica consiste en dar expresión al diálogo, tan inevitable como reprimido, entre hipótesis teóricas e investigaciones concretas de hechos históricos singulares.

El socialismo moderado, postura ambigua frente al pensamiento marxista, admite que las fuerzas económicas son el motor del cambio histórico, pero que la dirección en que se efectúa ese cambio, viene determinada por la aspiración del hombre a la justicia social, que es lo que explica que exista un progreso en términos que pueden reducirse al mero crecimiento económico, de este modo la historia económica adquirirá una importancia considerable, aportará métodos nuevos como la estadística y la gráfica, para una mejor interpretación de las relaciones sociales a lo largo de la historia, tratarán de analizar esa coyuntura para  a posteriori extrapolara a cualquier época del  pasado, pretenderán prevenir en el futuro los posibles desajustes anteriores.

Los nuevos historiadores de la cultura, inspirados por la antropología han ampliado su alcance de la historia cultural, hasta incluir prácticas y representaciones antiguas, lo que ha enriquecido y ampliado la disciplina histórica, pero también les ha conducido a una fragmentación intelectual, el historiador no puede ni debe prescindir de estas tres ciencias; economía, sociología y antropología, deberá vincular las culturas populares y elitistas, analizar con profundidad los avatares de las guerras, consecuencias, orígenes, etc.

Las distintas escuelas y tendencias que han ido surgiendo a lo largo de los tiempos, han sido motivadas tanto por las circunstancias que rodeaban los hechos en esos momentos, como las modas que se iban imponiendo entre los historiadores, no hay que olvidar que el historiador es hijo de su tiempo y por lo tanto influenciable, por lo tanto su evolución va a la par de la sociedad en la que se mueve, siendo ellos influenciables, por ende, sus obras también los serán así como sus creaciones, la desvinculación analítica de un hecho actual teóricamente no debería de presentar ningún problema, pero las tendencias del autor siempre quedan reflejadas de una u otra forma en su obra, la consecuencia es el encasillamiento crítico y narrativo, más que de investigación pura de la historia, ante el peligro que se corre de caer en un mero narrador, las escuelas y elementos históricos como elementos vivos se encuentran en continuo cambio, tratan de adaptarse a los tiempos y modas que la sociedad demanda.

En los últimos años la evolución de los estudios históricos ha seguido un ritmo acelerado, desde mediados de siglo la escuela Annales impuso su hegemonía, indiscutida durante largo tiempo, hoy la competencia americana, basados en su poder económico está desplazando el eje de atención hacia sus centros de investigación, que aunque compuesto por profesionales europeos en su mayoría, trabajen bajo la sombra del poderoso dólar, esto no garantiza en absoluto que sus investigaciones sean totalmente imparciales en muchos casos se hallan cargadas de mensajes ahistóricos y sí políticos o de mentalización anglosajona, se sirven de la historia para encadenar ideológicamente al resto, de tal forma que son los directores de lo que se debe y no se debe estudiar, y de como hacerlo, no prestando mayor atención a todo aquello que no tenga nada que ver con su cultura anglosajona o que por su afinidad esté dentro de la órbita de ella.

Con respecto a Annales lo más destacable fue que supo en cada momento rodearse de personal cualificado que rompiese con la antigua visión positivista de la historia, y crear un historia total que obliga a atender con igual extensión a todas las facetas del ser humano, rompiendo con la costumbre de solo historiar las época trepidantes y sucesos importantes, dentro del esquema de la formación de los estados, los últimos movimientos de esta escuela parece que quieren recuperar la tan injustamente olvidada historia política, resistiéndose a perder su liderazgo en favor de los anglosajones.



BIBLIOGRAFÍA

G. Bourde y H. Martín, Las escuelas históricas, Ed. Akal, 1.992, Madrid.
J. Fontana, Historia. Análisis del pasado y proyecto social, Ed., Critica , 1.982 Barcelona.
J. Casanova, La historia social y los historiadores, Ed., Crítica, 1.991, Barcelona.
E. H. Carr, ¿Qué es la historia ?, Ed., Planeta Agostini, 1.961, Barcelona.

Zaragoza a 9 de junio de 2014
Jose Maria Fernández Núñez
Historiador