sábado, 26 de julio de 2014

ARQUEOLOGÍA MEDIEVAL



Se trata del estudio de la cultura de los restos materiales de la E.M., en una búsqueda metódica que, tiene por objeto recabar los aspectos materiales de la civilización que, no puede dar a conocer los documentos escritos, es, por tanto, la historia del hábitat en todas sus formas. Se pretende la reconstrucción total de la época histórica aunque nos ocupe en una progresión natural, la actividad principal es la excavación que debe aportar algo nuevo a lo que ya se propone en el estudio de los documentos y objetos conocidos, por lo tanto la arqueología se trata de una ciencia auxiliar de la historia.

Hay datos que no aparecen en los textos porque no son de interés, en los materiales escritos hay una intencionalidad del autor, mientras que en la arqueología no existe esa circunstancia, es más veraz muestra el hecho tal como fue. Otro factor es su irreversibilidad (no se puede volver a reconstruir un yacimiento excavado).

En su estudio surgen dos sujetos históricos el pasivo y el activo, el pasivo no deja restos en la arqueología clásica, en la E.M., esto se invierte siendo el pasivo (casta dirigente) el que deja los restos que se estudiarán a posteriori. Ante un edificio no interesa el valor artístico, eso corresponde  a otro campo, sino las técnicas y materiales de construcción, sociedad que lo construyó, economía del momento, financiación, etc., quedando el artístico en un segundo lugar.

Esta técnica de estudio se sirve de otras disciplinas tanto en el campo de las ciencias exactas como en el de las ciencias humanas. Los prolegómenos que son la base de esta ciencia se corresponden con cuatro apartados importantes:
1º.- antes  de realizar cualquier excavación lo primero que hay que hacer es utilizar las fuentes escritas para el periodo.
2º.- la utilización de los topónimos aunque en algunas ocasiones pueden llevar a error.
3º.- la presencia de otros monumentos afines al periodo estudiado.
4º.- el estudio de la cultura del momento (religiosa, militar, etc.).

Ha de proporcionar una visión global de la época que se estudia (no se puede realizar el estudio de un periodo exento), un fósil director será la cerámica aunque se carece de una sistematización de ella, lo mismo se pude decir de la numismática, la toponimia, genealogía, heráldica, sigilografía, etc., también hay que tener un amplio conocimiento de la Historia y geografía nacional y/o regional, los vestigios arqueológicos anteriores de la demografía espacial, hay que tener conocimiento de la historia agraria, de las especies agrícolas que se cultivan en cada lugar, técnicas empleadas (instrumentos agrícolas, modos de cultivo, etc.).

Hay que conocer las vías  de comunicación, (vías pecuarias, cordeles, cañadas, etc.) en el ámbito urbano hay que conocer su devenir histórico las instituciones que regulan la vida social, también las eclesiásticas, la vida cotidiana de esas personas (el urbano utiliza el reloj, el campesino el sol, el clérigo la regla monacal), también los ritos funerarios son de vital importancia (inhumación, incineración, etc.) hay que conocer la evolución de la tipología de las tumbas, supersticiones, ajuares funerarios, etc., desde mediados del siglo VIII comienza a desaparecer la costumbre de depositar en las tumbas armas y objetos varios.

Los sistemas constructivos dan una cronología relativa a priori fácil, hasta el siglo X se emplea el pico y el cincel para la piedra, más tarde será el puntero, en el XII el cortante dentado, y la escofa, pero el pico y el cincel para la piedra dura se utilizará durante toda la E.M.

La moneda más que datación nos habla de la situación económica del momento, también nos da información sobre la situación social, estas monedas pueden tener en ocasiones el valor de amuletos y talismanes en caso de ritos funerarios, aunque en estos (pago del barquero Caronte) se efectúa con monedas más antigua.

La Demografía: las líneas principales de la evolución demográfica aparecen hoy con cierta claridad, sin embargo, el gran problema es la carencia de fuentes, no obstante, existen ciertas tendencias por las que podemos hacer unas consideraciones generales. Se sabe que hay un relativo estancamiento de la población en los primeros siglos (V, VI y VII), las aportaciones de los pueblos bárbaros no se puede considerar un aumento poblacional, puesto que en este caso venían a suplir las bajas producidas principalmente por las guerras, no obstante, en la población tardoimperial sí que aportaron un avance demográfico al convertirse al cristianismo e integrarse de forma definitiva en las estructuras del imperio, a fines del siglo VIII y principios del IX.

Este estancamiento explicaría las situaciones sociales, la ocupación del espacio tanto urbano como rural (las creaciones urbanas visigodas son muy escasas, Recópolis, Victoriato y Origito), desde fines del siglo X hay un cambio tendencias que incide en la ocupación del suelo, en el hábitat y en la situación social, es la gran expansión hasta fines del XIII, para decaer en los siglos siguientes (XIV -1348 - peste negra - y XV).

Este desarrollo no es igual para todos los espacios europeos, de ahí la fundación de villas nuevas (ex novo), la ocupación rural será más densa que la urbana, los monasterios se convertirán en importantes células de expansión agraria y económica a través de sus granjas, las epidemias modificarán los índices de población generando desplazamientos masivos hacia las áreas más beneficiadas. Para esta época ya se cuenta con documentos escritos, son los llamados Libros de Fuegos, son fiscales lo que nos lleva a dudar de su total autenticidad, los privilegiados no figuran, aún con todo, se puede obtener información muy amplia sobre la demografía y líneas de comercio.

La Geografía Histórica: es el estudio de los límites espaciales donde se desarrollaron las sociedades sometidas a estudio, va ligada al desarrollo demográfico, modificación de fronteras, relieve, clima, coberturas vegetal, modificación del paisaje agrario, transformaciones superficiales del suelo sujeto a modificaciones drásticas, etc. Historiadores y geógrafos confluyen en este campo intermedio. Para la dirección delas excavaciones medievales, así como para la interpretación correcta de las observaciones estratigráficas, se requiere con frecuencia un buen conocimiento de las variaciones experimentadas por los climas a lo largo de las épocas históricas.

Sociedades Rurales: hay que conocer las condiciones naturales de los cultivos, bosques, pastos tipos de establecimiento rural, etc., la polinología es una herramienta importante, a partir de 1930 se estudia la sociedad rural medieval, hay estudios puntuales para algunas regiones concretas, se han perfeccionado los métodos tradicionales de investigación, a la vez que se descubrían y utilizaban nuevas fuentes de información. Sin embargo, ni la práctica de las excavaciones, ni tampoco la prospección en superficie ha sido todavía utilizada de forma sistemática. No obstante, ellas podrían proporcionar una contribución insustituible a las investigaciones de las sociedades rurales de la E.M., y sobre los hábitats campesinos o señoriales.

La Historia agraria y las técnicas agrícolas, la documentación habla de los cultivos solo cuando hacen referencia a los límites entre propiedades y no siempre. La foto aérea es otra herramienta fundamental, se observan restos vegetales y de edificios, es importante para determinar las divisiones del espacio físico que es difícil conocer, al utilizar medios de marcaje caducos, las herencias y particiones también contribuyen a su escaso estudio, se conocen como CENTURIACIONES haciendo referencia a las concesiones que se hacían a los veteranos de guerra romanos, esto se extrapola hasta prácticamente nuestros días.

Progreso y retroceso de los cultivos: junto a los métodos tradicionales de investigación histórica hay que destacar la importante contribución de la toponimia y la polinología. En las roturaciones siempre hay un contraste a partir el siglo XI que viene acompañado de un aumento poblacional y un descenso demográfico en los siglos XIV y XV, notable no solo por el empobrecimiento de la tierra por carencia de abonos y falta de mano de obra, la responsabilidad hay que rastrearla en la economía, la sociedad y los intereses militares.

Instrumental agrícola, los modos de cultivo: hasta ahora han sido suficientemente estudiados los de labranza, se utilizaba el arado romano y el de ruedas, el único modo para determinar su uso es comparar el uno y el otro, por el contrario se olvidan los útiles menores de huerta, poda y recolección, la utilización de los trillos, sus modos han perdurado hasta nuestros días. Son interesantes las pinturas y la iconografía donde se representan labores agrícolas, hay que tener en cuenta las técnicas para enriquecer los campos, el sistema es la quema de rastrojos (al año vez) se deja un año descansar para plantar al siguiente, se utilizaron las gramíneas para el cultivo y oxigenar la tierra.

Vías de comunicación:  se sabe que en la E.M., se mantuvieron las vías romanas, además de las nuevas trazadas, que ponían en contacto los núcleos rurales (caseríos, monasterios, casas aisladas, etc.) entre sí. Entre el siglo X y el XV se crean estas vías nuevas que han sido muy poco estudiadas. Los planos catastrales del siglo pasado constituyen una herramienta importante, reflejan los itinerarios de las visitas reales y eclesiásticas entre otras novedades.

La vida urbana.  El estudio de la situación topográfica es muy importante, también el estudio de la arquitectura y los servicios que debe sostener la vida en la ciudad (vías  de comunicación, aguas, recogida de residuos sólidos, etc.), planos antiguos, es muy importante el estudio de los hábitats continuados, (ciudad) hay que tener en cuenta las instituciones económicas y sociales que se crean en ellas. La diferencia entre el ámbito rural y el urbano es la muralla, ésta no solo tiene un carácter defensivo también es social. Los planos antiguos y a veces también los dibujos, son fuentes de primera calidad para la historia urbana.


El Feudalismo: Es el sistema de instituciones que regulan las relaciones feudo-vasalláticas. En este caso la excavación puede proporcionar datos que no encuentran en las fuentes escritas. El arqueólogo se cuidará de tomar siempre como punto de partida las normas jurídicas, para confrontarlas con lo que haya observado en los vestigios de la realidad vivida. A partir del siglo XI vemos aparecer junto a los contingentes vasalláticos a unos mercenarios que combatían a pie o a caballo, progresando su número en el transcurrir del tiempo, sustituyendo a la hueste del señor. El vasallo podía entregar al señor como sustitución de este servicio de hueste, una contribución en dinero que a su vez permitirá el pago de estos mercenarios, esta situación pervivirá hasta principios de este siglo (guerra de Marruecos).

Instituciones eclesiásticas: las instituciones administrativas y socioeconómicas, van aparejadas a las eclesiásticas y sus distintos ritos,  la estructura básica de ésta es la Parroquia es la que el arqueólogo descubre con mayor frecuencia. Le es preciso conocer la fecha de su fundación, la extensión de su territorio, interpretar bajo la advocación de que titular del amplísimo santoral esta colocada la iglesia, es la unidad de difusión, confirmación y vigilancia de la extensión de su religión. El investigador para iluminar su propio trabajo, tendrá que informarse sobre las modalidades de antiguas liturgias, de este modo entenderá escenas como la de Sta., María de Uncastillo, que al profano pueden resultarle un tanto obscenas y pecaminosas.

La vida cotidiana de un hogar, desde el punto de vista de la alimentación, vestido, vicisitudes, etc. la historia de la alimentación deja sedimentos, aparición de basureros, utensilios de cocina poco perdurables como la madera. Los momentos de ocio, la literatura aporta abundante información aunque esta fuente hay que manejarla con sumo cuidado.

Estos aspectos que encubren una estratificación social muy acusada no se pueden apreciar, por lo general, a través de los documentos, a pesar de disponer gran abundancia para la Alta Edad Media que, ofrecen indicaciones sobre mobiliario, el ajuar doméstico y el vestido. Por el contrario las fuentes literarias abundan en descripciones, a veces minuciosas, de escenas de la vida cotidiana. Sin embargo, no podemos encontrar en ellas un reflejo fiel de la realidad. Lo mismo sucede con la mayoría de las fuentes iconográficas. De ahí que la información proporcionada por las excavaciones de hábitats antiguos cobre una especial importancia.

Desde hace muchos años, el vestido ha sido objeto de estudios descriptivos. Sobre el mobiliario y el ajuar doméstico, los documentos de archivo de los siglos XIV y XV ofrecen algunas precisiones que, a primera vista, no admiten discusión, aunque se detecten ciertas lagunas (la cerámica de barro no figura casi nunca, a pesar de que constituía lo esencial de los utensilios de cocina y mesa. Estos inventarios eran realizados solo algunas semanas después del óbito. El testamento, por sí solo ofrece materia suficiente para el estudio de las estructuras familiares, pero no proporciona información exhaustiva sobre el patrimonio.

Los cementerios nos informan de la clase social a la que pertenecía el finado, con estos datos  se podía hacer un estudio demográfico (vida de una generación estimada en 30 años aproximadamente). Los fetos y niños que en la primera infancia (3,4 años) se les enterraba fuera del cementerio al no estar bautizados, o en el interior de sus casas, ello explica que sea tan baja la proporción de jóvenes (menores de 20 años) respecto a los adultos en la necrópolis de la Alta Edad Media.

Hay que tener en cuenta los sitios, costumbres y ritos de esa religión. Cuando un muerto era enterrado vestido y acompañado, a veces, de los objetos propios de su condición, las diferencias de riqueza o de rango social quedaban patentes incluso en la muerte. El examen antropológico y paleopatológico de los restos óseos nos dan información sobre dietas, salud, epidemias, etc. Desde hace algún tiempo se ha intentado fechar las tumbas basándose en su contenido.

 A partir del siglo VIII desaparecen los ajuares en las tumbas. Más tarde a partir del siglo IX se colocaran junto al muerto los recipientes de terracota que han servido para quemar inciensos durante la ceremonia de las exequias, siendo estos utensilios un fósil director para obtener una datación relativa. Otro de los elementos son las indicaciones o señales en tumbas también se puede ver el desarrollo sobre este arte. El cementerio se ubicaba junto a la iglesia parroquial, con frecuencia constituía el auténtico centro de la vida parroquial, donde podía estar emplazado el presbiterio o el granero donde el sacerdote almacenaba los diezmos.

Villar del Cobo a 26 de julio de 2014
José María Fernández Núñez
Historiador