El objetivo de HISTORIA, GENEALOGÍA Y ARQUEOLOGÍA,es el estudio e intercambio de opiniones entre los adeptos y curiosos. Se autoriza la copia de los contenidos de estos trabajos para fines de consulta y lectura, citando procedencia y nunca a efectos comerciales, sobre lo que pesan los derechos legales de edición y autor. En caso de la difusión digital de toda esta edición en páginas web de tipo cultural y nunca comercial debe solicitarse la correspondiente autorización
martes, 14 de octubre de 2014
lunes, 15 de septiembre de 2014
EL PODER LOCAL EXPANSIÓN AGRARIA Y DEMOGRÁFICA DE LOS SIGLOS XI AL XIV, EN EL REINO DE ARAGÓN.
Se desarrolla en el último
cuarto del siglo XI, no tiene precedentes en Aragón, Navarra o Ribagorza,
aparecen oficiales reales de origen noble, aunque no necesariamente, su misión
es recaudar las rentas reales y hacer cumplir las leyes, no son nombrados de
una manera sistemática, ni tampoco los territorios donde ejercen su
jurisdicción está claramente determinado. El rey nombra MERINOS o AMIRATES, en
Navarra les llaman ALCALDES son
parecidos a los Amirates, funcionarios nobles de alto rango, esto es lo poco
que se conoce del gobierno real, se ignora como funcionan las relaciones entre
estos y el rey, uno de los pocos testimonios escritos que nos ha llegado es una
donación a una iglesia francesa de unos diezmos sobres unos frutos. Es posible
que tuvieran ciertas funciones judiciales de tipo menor, eran también los
encargados de reclutar la hueste del rey, a lo largo de los siglos XII y XIII
estos oficiales tendrán más importancia, sobre todo a fines del siglo XIII que,
se les unirían los Zalmedinas de las ciudades, Bailes, etc., levantaban una
administración local que robustecía el poder real.
A fines del siglo XIII y
principios del XIV el crecimiento demográfico se relentiza eso hace que la
situación de los campesinos sea bastante precaria, se han puesto en cultivo
nuevas tierras estas son las marginales las que son más pobres este aumento de
tierras en cultivo supone la pulverización de la propiedad hay una depauperación
del campesino, se hallan en un contexto de inflación. El caso inglés es le
mejor conocido desde fines del siglo XI y parte del XIV el precio de los
productos básicos de multiplican por 3 y 5 veces su valor, parece claro que
esto sucedía en el resto de Europa, el incremento de salarios la mayor y más
rápida circulación de la moneda, con más gentes y una mayor oferta de productos
agrícolas, el precio tendía a subir, esto hay que colocarlo en un contexto muy
amplio.
En el año 1.000 los
ciudadanos eran muy pocos, pero a fines del siglo XIII algunas ciudades
superaban los 100.000 habitantes y muchas los 10.000, en Aragón, Zaragoza
(20.000), Huesca y Calatayud cercanos a los 10.000. Las ciudades se habían
convertido en fenómenos estructurales, acompañado de un desarrollo de la
manufactura y el comercio, hay que resaltar un dato este desarrollo tenía un
lastre que venía dado por la pobreza de los campesinos, el consumo campesino
baja mientras que, el de la nobleza y el clero sube, es la época de las grandes
construcciones religiosas y civiles, en conjunto el final del XIII y principios
del XIV, nos muestra una etapa de equilibrio social, se inicia una etapa de
creciente autoritarismo real.
CARACTERES
DE LA SOCIEDAD ARAGONESA DEL XIII Y XIV
De la población aragonesa de
la época del siglo XIII, hay poca información
publicada. Vicens Vives señalaba que en 1225 en Aragón podrían haber
unas 100.000 personas y unas 400.000 en el siglo XIV en el periodo de la peste
negra, Charles Doufonrz especialista en Aragón señalaba que los habitantes de
Aragón en el XIII serían unos 200.000 de los cuales 10% eran judíos y unos
50.000 moros, venía a decir lo mismo en Valencia y un poco menos en Cataluña,
en total tendría la corona de Aragón unos 850.000 h. Sarasa eleva estos números,
refiriéndose a 30 años más tarde, 500.000 para Cataluña y 200.000 para Aragón,
con estas cifras Aragón es casi un
desierto.
El monedaje en Huesca, en el
1284, se recogió un impuesto que todas las personas tenían que pagar, comenzó a
percibirse en Aragón a principios del siglo XIII, se percibe porque los reyes
se percatan de la posibilidad de alterar la aleaciones de las monedas de plata,
al afectar a los que lo poseían se llegó a un acuerdo para evitar su
devaluación. El acuerdo consiste en este impuesto que se percibe en las
ciudades de realengo además de sus tierras señoriales y, los diferentes señores
en sus propios dominios, estos pagan a cambio de que el rey reacuñara las
monedas y evitara su devaluación, era un impuesto fijo que se cobraba cada 7
años, 7 sueldos equivalían a un Morabetín (moneda de oro). Aquellos que tenían
un patrimonio personal de 70 sueldos (prácticamente abarcaba a todos los
habitantes), debían satisfacer este impuesto, es un valor de patrimonio muy
bajo, se recaudaba en función a la riqueza, los que no podían pagar, su nombre
quedaba inscrito en la listas y se hacían constar que, no efectuaban el pago
por no tener nada. Estas listas se recopilaban en distintos códices que, nos
está dando los nombres de las personas que vivían en esa ciudad, podemos
estudiar la nomenclatura de los nombres, oficios, presencia de mujeres, numero
de fuegos, etc.
Los grupos familiares son
muy reducidos, se destaca la afluencia de emigrantes, por su apellido
toponímico que señala su procedencia. Las cifras que se pueden estimar en las
poblaciones aragonesas más importantes, rondan las 60.000 personas a fines del
siglo XIII, suponían entre el 10 y el 15% de la población, esto es algo muy
usual en toda Europa, estas cifras nos darían unas 400.000 almas en todo el
reino, más de lo que se suele decir habitualmente, son conclusiones que se
sacan a partir de los documentos urbanos, en el medio rural unas 50.000 almas
en la zona de Teruel, estas listas rurales provienen de la recogida de
impuestos, concretamente de la de los monedajes, no son muy fiables ya que al
tratarse de un pago es presumible que no todos acudieran a la llamada, en estos
estarían incluidos los clérigos, nobles, judíos, mudéjares que no pagan
impuestos. Las conclusiones es que la población aragonesa a fines del siglo
XIII y principios del XIV estaba bien repartida espacialmente, había zonas como
en la actualidad que por su aridez no resultaban aptas para el cultivo y, por
lo tanto tampoco para soportar un grupo humano más o menos abundante. En las
montañas pirenaicas continuaban subsistiendo en pequeños hábitats, Aragón tenía
una red urbana bien estructurada, entre las actuales capitales de provincia
guardaban una relación de 1 a 2 y de 2 a 3, una población así de numerosa sin
duda planteaba algunas deficiencias con los recursos agrarios.
A lo largo del siglo XIII
hay una gran expansión agraria extensiva se produce sobre todo por el
incremento del espacio, no tanto por el cultivo intensivo, en Aragón se
multiplica el interés por acrecentar las tierras de regadío, la coyuntura no es
la misma para todo el territorio. En las tierras de Pirineo la puesta en
cultivo de nuevas tierras tuvo que ser muy intensa, ya desde el siglo XI pero,
hay que tener en cuenta las masas forestales, estaba muy poblado y era difícil
conseguir nuevas tierras, esto daría origen a la emigración hacia tierras del
sur del reino, pero también los que quedaban se arraigaban a los cultivos.
Jaime II a los habitantes de Biescas les remite una carta en la que, les
permite quemar la maleza de los bosques para cultivar las zonas que queden en
los claros pero, les prohibe la tala de árboles que los necesita para la
construcción de naves, en la parte sur oriental del reino en el siglo XII se
están creando nuevos asentamientos que ponen en cultivo nuevas tierras. En las
zonas del Valle del Ebro y particularmente en el S., el desarrollo fue más
tardío, hacen particiones de esas tierras, la población musulmana era limitada,
se concentra más bien en los valles del Huerva y el Jalón, en las zonas de las
serranías de Teruel, la población islámica no parece ser muy numerosa, la
repoblación cristiana es más contundente alcanzando grandes proporciones, lo
que se realiza a lo largo del siglo XIII, es una ocupación lenta y tardía que
culmina a partir del siglo XIV. El rey establece un grupo de pobladores a los
cuales distribuye una serie de lotes de tierras similares llamados quiñones es otros lugares se llaman
"Suertes", se desarrolla una ocupación del espacio interno y propicia
la puesta en cultivo las partes de los alrededores del castillo y de otras
zonas adyacentes. En otras ocasiones, es un acuerdo entre los señores donde
ponen de manifiesto una serie de decisiones que, afectan a una serie de
poblaciones, cuando las tierras se le daba a un señor concreto y, las iglesias
quedaban de parte de otro, se creaba un conflicto de percepción de diezmos
(impuesto sobre las cabezas de ganado).
La expulsión de los
musulmanes era la lo más usual y el repoblamiento con cristianos, aumentando
así los ingresos de los señores, este tipo de acuerdo era muy fructífero para
ambos, estos fenómenos son importantes desde el punto de vista del poblamiento,
en esta misma época con el diezmo percibido se construían importantes edificios
e iglesias.
El crecimiento agrario se
está materializando, los señores tratan de estimular la producción agraria, la
actividad cerealistica, y ganadera en
contraposición a la hortícola musulmana, quieren productos comerciales, una
parte de los esfuerzos se vio coronada pero fracasaron en la expulsión de los
moros. En las zonas donde el regadío no llegaba, el rendimiento era más bajo a
fines del siglo XIII se estaba llevando la colonización a tierras menos
fértiles, la fórmula que se empleó para superarlos, consistía en desviar el
agua de los ríos construyendo azudes hacia acequias que lo distribuían en los
campos, este es un factor de primer orden. Los campesinos eran conscientes de
la necesidad de los regadíos para los cultivos, era un problema muy importante
perduraran en el tiempo, crear un acequia es un proceso costoso, cuando se
planificaba se construía la mayor cantidad posible, configurando un esqueleto
de acequias que raramente se modificaba, no son nunca rudimentarias por simples
que parezcan, han de tener en cuenta los flujos del agua y, de qué cantidad de
agua se puede disponer, se realizan complicadas obras de ingeniería, para que
el agua circule y abastezca al mayor número posible de tierras, además del
mantenimiento de la misma.
Este tipo de espacios
irrigados plantean un problema social, la creación de estos espacios supone
que, dentro de él hay un determinado número de propietarios, todos tienen que
estar de acuerdo y deben recibir la misma cantidad de agua o, compensaciones
similares, es necesario que haya sistemas de cooperación sin ellos no se pueden
sostener. En este asunto son los propios regantes los que organizan sus
necesidades, forman comunidades de regantes al margen de la autoridad señorial
y sus decisiones son inapelables. En esta época a fines del siglo XIII, los grandes
sistemas de regadíos estaban en funcionamiento principalmente en Zaragoza,
Huesca y Alcañiz, los avances en
construcciones de nuevas acequias se producen en tierras marginales, los
Templarios en los años 50/60 del siglo XIII mejoran las acequias para obtener
una mayor producción agrícola.
La producción cerealistica
es básica para la sociedad aragonesa la impresión que se tiene es que los
recursos de la zona oriental de la Corona, no solo cubría las necesidades de un
año tras otro sino que permitía la comercialización de estos cereales con otros
lugares, este comercio estaba en manos del monarca, nobles y órdenes militares.
Entre los mercados estaban las ciudades costeras y ciudades de Italia, cuando
había época de escasez, las zonas fronterizas del reino también se abastecían
por estos cereales, las dificultades del transporte eran considerables que lo
entorpecían los portazgos, por lo que muchos de ellos se transportaban por el
río. En el conjunto de la Corona antes del siglo XIII hubo algunos años muy
malos 1257/78, 1276/78 y 1280/86, es
estos tres momentos los precios se triplicaban, pero esto no es suficiente para
que haya una situación de crisis, hay que esperar la siglo XIV cuando la
población en muy alta, y hay grandes hambrunas, más tarde vendrá la peste negra
acompañada de estas hambrunas.
PROBLEMAS
SOCIALES AGRARIOS
La población está aumentando
pero, los problemas demográficos están siendo paliados con emigraciones hacia
Valencia y el bajo Valle del Ebro, como en todos los periodos que coinciden
estas dos circunstancias, hay un alza de precios y disminuyen los salarios, por
contra la renta de la tierra sube. En 1275
y 1236 los precios de los cereales
suben considerablemente la impresión es que hay un alza de los precios
significativo de las relaciones, no se puede aseverar, no se sabe cuanto se
está pagando (horarios, manutenciones, especies, etc.). En Aragón no se indica en los documentos la
superficie de las parcelas que se arriendan, si es buena o mala tierra, pero se
puede medir cualitativamente por los contratos agrarios que se realizan, en las
cláusulas se dispone que los arrendatarios no puedan dividir la tierra, ni
venderla, tienen que pagar el censo, mantenerlas en cultivo mejorándolas,
comprende una serie de datos interesantes. Los señores ponían más tierras cada
vez en cultivo, los contratos enfiteúticos aumentan a fines del siglo XIII, en
esta época comienza haber una oleada de arrendamientos con rentas elevadas, se
trata de incrementar la cantidad de trabajo y con ello las rentas, las
plantaciones de viñas aumentan, estas requieren un mayor esfuerzo que los
campos de cereal, la planta requiere más cuidados, saneamiento, poda, labranza,
vendimia, etc. Para la transformación de los campos de labor en viña se
requiere un mayor empleo del trabajo, con estos productos aumentan las rentas
de los señores, se produce más que se consume, comercializándose el resto del
que se obtienen pingues beneficios para el señor.
Las conclusiones que se
pueden sacar de todo esto es que el agricultor se desenvuelve en un medio semi
- árido tiene problemas técnicos.
1º.- las rotaciones
de cultivo son bianuales, era una agricultura que utilizaba tierras fértiles
que manejaba y utiliza con intensidad los regadíos que producían cereales
abundantes.
2º.- la producción
parece haber sido suficiente para abastecer el mercado de las ciudades de hecho
se exportaba cereales a los estados vecinos.
3º.- sin embargo,
el incremento en extensivo, durante los siglos XIII y XIV, obliga a amojonar
los términos para delimitar el territorio, hay muchos documentos al respecto de
la época. Como la mayoría de la tierra estaba en manos de los poderosos, la
forma de alcanzarla era ponerse en manos de estos. Dentro del ámbito de la
Corona aragonesa el desarrollo comercial a fines del siglo XIII, Sesma subraya
que este es el siglo de las oportunidades perdidas, en el transcurso de la
segunda mitad del siglo XIII se dilapida la construcción de una industria
textil, como consecuencia de la inmigración proveniente del sur de Francia de
artesanos que, por la Cruzada contra los Cátaros, acaban emigrando a Cataluña y
Valencia. La segunda oportunidad es de carácter político de la época de Jaime
I, donde radica la estructura definitiva de Aragón queda este reino
definitivamente mutilado. A fines de siglo se conquista el Mediterráneo, pero
sin influencias sobre el reino, salvo en el comercio de cereales, sin embargo
se constata un lento desarrollo comercial se produce un finísimo sedimento de
comerciantes. En 1264 se crea en
Zaragoza y Huesca cofradías de diferentes comerciantes, en esa misma época se
desarrollan las ferias en Aragón, se crea la primera feria de Huesca que se
celebra para Pascua, 50 años después se desdobla para S. Martín, lo mismo
ocurre en Teruel y Daroca, estas ferias tenían
impacto en las aldeas más pequeñas.
A principios del siglo XIV,
la actividad de la producción lanera es importante, ya en la mitad el siglo
XIII, Jaime I les permite el uso de pastos de Valencia a los de Teruel, entre 1311/25 en el sur de Teruel, se
realiza el amojonamiento de las dehesas por el crecimiento del ganado, se crean
circuitos de trashumancia hacia Valencia, en esa época se crean los LIGALLOS (asociación de ganaderos), que
permite reunirse para solucionar conflictos, intercambiar ganados que se habían
perdido, pago de compensaciones, etc. A principios del sigo XIV hay contactos
para la compra de lana, entre 1250/1330
en todo el sur de Aragón y el Maestrazgo, había un numero considerable de
ovejas que producían ingentes cantidades de lana que, empezaban a fluir a los
mercados catalanes y valencianos.
Jaime I desarrolla una
protección sobre los mercaderes del sur de Francia a fines del siglo XIII,
actuaban de manera intensa en las ferias de Aragón, tanto como para pedirle al
rey que, le concediese el privilegio de su protección previo pago de una
cantidad apreciable, un comercio este que por poco conocido no dejó de ser
bastante apreciable, donde la mercancía (vacas, cerdos y mulas) principalmente,
cereales, manufacturas, también pastel (hierba que sirve para la extracción de
pintura), junto con otros productos pictóricos son objeto de una intensa
actividad comercial. En Tobares hay un comercio bien estructurado que incluso
en los días de conflicto abarca la protección de los monarcas y nobles, sin
embargo, las fuentes más interesantes son
las tarifas de los peajes, a lo largo del siglo XIII los peajes quedan
desfasados, en consecuencia Pedro III 1282/83, decide reformarlos y establecer
nuevas tarifas, los nobles y universidades protestan y retira la propuesta, los
productos afectados eran entre otros los cereales, textiles, especias, pieles,
colorantes, metales, etc.
ASPECTOS
SOCIALES DEL CRECIMIENTO, (DESARROLLO DE FRANQUICIAS, Y RELACIONES ENTRE
SEÑORES Y CAMPESINOS)
En Aragón ningún hombre
carecía de señor a fines del siglo XIII, tanto señores como reyes aplicaban las
misma formula de dominación, siendo los reales más suaves, y más grabosos la de
las órdenes militares. Este modelo suponía que los campesinos ofrecían respeto,
defensa, obediencia y lealtad a cambio de protección y justicia, son relaciones
desiguales, expresan una relación de sumisión, los campesinos estaban sometidos
a la exacción de tributos por parte de los señores, esta era muy variada la
congregación estructural es muy unitaria, es el poder del rey sobre los
campesinos así como el de los laicos seglares y órdenes militares. Tienen los
mismos principios pero, diferentes en detalles, en este periodo se está
llevando a cabo transformaciones favorables para los campesinos, con la
concesión de franquicias, en las cartas pueblas se evidencian las relaciones
entre señores y vasallos, donde lo usual además de los pagos agrarios y las
corveas, están la de los servicios de molinos, herrajes, hornos, cabalgada y
hueste, el derecho a impartir justicia, caloñas etc. El nivel de prestaciones
en las zonas fronterizas era más suave que en el interior, se basan en la
jurisdicción y control, hay que señalar la existencia de diversos factores, por
un lado hay un aumento claro en la economía, los señores alcanzan niveles
máximos a fines del siglo XIII, los ingresos que custodian y conservan, las
rentas de arrendamiento de tierras alcanzan su máxima expresión no conocido
hasta entonces. Aumentan las tierras de cultivo, se crean nuevos poblados, lo
que significa más poder político y económico al percibir más rentas de las
cosechas, cuanto más se multiplican las tierras cultivadas más ganancia para
los señores. Los diezmos (impuestos de la iglesia) aumentan, los precios
crecen, la mano de obra es barata, los señores tienen muchos productos a la
venta a un alto precio, los problemas
con los que tropiezan los señores lo solucionan con decisiones que
perduraran en el tiempo hasta la desaparición de los señoríos.
A lo largo del siglo XII
habían construido castillos en los altozanos para controlar a las comunidades
campesinas pero, a lo largo del siglo XIII, los campesinos encuentran un
desarrollo de las instituciones que le favorecen, el autogobierno es el más
importante, los señores prefieren dejar a un
lado la cuestión para no enemistarse con la población y, seguir con sus
pingües beneficios controlando las tierras, les permiten elegir a sus propios
oficiales, en Aragón se llamarán jurados, que juran lealtad al señor. La
justicia surge de los campesinos, los señores eligen a uno de los tres
candidatos al puesto, suelen reservarse el derecho de las apelaciones y el pago
de las caloñas, este modelo de autogestión de creación de estatutos, con una
supervisión cercana pero desde fuera del grupo campesino de los señores, les
permite situarse fuera de la arbitrariedad de estos.
Hay otro factor que influye
mucho que es ajeno a estas relaciones, es el crecimiento del poder real para
intervenir en los señoríos, las decisiones del rey cada vez afectan más a unos
y a otros, los monarcas a fines del siglo XIII exigen el pago de impuestos, el
Justicia de Aragón se consolida como el Justicia del rey, es alguien a quien se
puede apelar, hay un crecimiento del poder del Estado compitiendo y mermando el
poder de los señores, es un fenómeno clave. Un último aspecto las ciudades
crecen las gentes emigran a las ciudades con lo que se resiente el poder y la
riqueza señorial, en el momento de que los señores aragoneses son más fuertes y
ricos que nunca, es paradójico, cuando han consolidado su poder, está
creciendo, la autonomía de los campesinos que reivindican ante los señores
derechos perdidos, en esta época suelen estar bien satisfechos y permiten a los
campesinos, so pena de revueltas, su desarrollo si no crean demasiados
conflictos, a fines el siglo XIII y principios del XIV, las instituciones
campesinas adquieren un auge que limitará en el futuro el poder señorial.
Zaragoza a 15 de septiembre,
2014
José María Fernández Núñez
Historiador
BIBLIOGRAFIA
J.A MAINÉ E. La Sociedad Aragonesa Medieval. Edi.
Librería General Zaragoza 1998.
C. LALIENA CORBERA, La formación del Estado feudal, Aragón y
Navarra en la época de Pedro I, Huesca 1996
martes, 19 de agosto de 2014
ESTUDIO SOBRE EL PROBLEMA DE LA ARQUEOLOGÍA COMO CIENCIA Y NO COMO TÉCNICA AUXILIAR DE LA HISTORIA
las
excavaciones de Alcubierre en Pompeya
PERSONALIDAD
PROPIA DE LA ARQUEOLOGÍA, CRITERIOS ENFRENTADOS
PUNTO
1º
El ejercicio profesional de
la Arqueología en España, se ve mermado al no existir una titulación específica
universitaria que garantice la normalización de las profesiones y la
constitución de un Colegio de Arqueólogos oficial que evite el intrusismo, (en
la actualidad se imparten clases, pero no pasan de ahí sin un reconocimiento
propio a nivel académico). En estos últimos años se perdió una buena
oportunidad para introducir una
titulación específica de Arqueología en la Facultades de Historia, con
al publicación de la Ley de Patrimonio Histórico 16/1.985 y las transferencias
en materia de cultura a las CC.AA., que no contemplaron esta acuciante
necesidad.
En la actualidad algunos
profesores universitarios está ajustando su investigación a las políticas
arqueológicas autonómicas, asumiendo los problemas de restauración,
conservación y divulgación, esta cooperación es muy positiva y está llamada a
ampliarse en el futuro, atrás queda, afortunadamente el pensamiento de que le
resultado de esas investigaciones estuviesen destinados exclusivamente al uso
académico, infravalorando cualquier otro tipo de divulgación.
Otro sector mostró su
preocupación por la inexistencia de esos colegios profesionales por lo que
fundaron asociaciones de tipo profesional como A.P.A.E, en 1.984, hasta un
total de 35 (10 de ellas de ámbito nacional), algunas han logrado crear Museos,
bibliotecas y editar una revista periódica. Al carecer de una legislación específica
quedaron inscritos como asociaciones culturales, en cuyo vasto campo existen
otras análogas decididamente extracientíficas y que merman la credibilidad del
resto. Además sus funciones van encaminadas a una regulación laboral y
salarial, aprobación de un código ético y una titulación específica, asunción
de las competencias propias en los organismos encargados del Patrimonio
Histórico, declarándose portavoces oficiales de todo lo referido a esta
ciencia.
Estas asociaciones han
sacado a la luz una serie de problemas que afectan a la Arqueología como es la
carencia de titulación, ausencia de criterios que favorecen la competencia
desleal (en ocasiones protagonizadas por la Universidad) falta de unos planes
de estudios adecuados a la nueva realidad, ausencia de un tratamiento integral
del hecho arqueológico y una falta de control en la calidad de los mismos.
Al igual que otra
disciplinas la Arqueología no es una actividad totalmente libre aunque ésta se
halla más coartada en tanto en cuanto depende del permiso de excavación que
otorga la Administración, tanto a nivel oficial como particular, ya sea para
realizar sondeos por construcciones de obras, elaboración de cartas
arqueológicas, informes, peritaciones, etc.
Por otra parte la iniciativa
del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social que para combatir el desempleo
juvenil crea las Escuelas-Talleres, donde se abordan trabajos arqueológicos de
excavación, recuperación y conservación de un B.I.C., o un yacimiento
arqueológico, ha dado salida laboral a numerosos licenciados; bien como
profesores, bien como técnicos arqueólogos de las excavaciones. La actividad
profesional libre, denominada “arqueología de intervención o de gestión” se
valora muy positivamente, además de crear afortunadamente una bolsa de trabajo
cada vez mayor; está sirviendo para acercar la Arqueología al común de los
ciudadanos que empiezan a preocuparse por su Patrimonio y a presionar a la
Administración para su defensa, custodia, estudio y conservación del mismo. Ello
se traduce en el aumento de la riqueza patrimonial de unos años (escasos) a
esta parte, la concienciazión popular de la importancia de las “viejas piedras”
implican a todos en una tácita custodia, aumentado las denuncias ante los
poderes públicos, contra cualquier transgresión de las que sean objeto.
2º
PUNTO
Plantean la problemática
desde dos puntos de vista: por un lado un análisis de los diferentes
planteamientos teóricos y su incidencia, de otro una valoración crítica actual
de nuestro país que atañe a infraestructuras, recursos, etc.
No debe confundirse
Arqueología con Prehistoria, ya que la primera abarca espacios absolutos de la
Historia, mientras que la segunda se centra en un periodo concreto de la misma,
aunque incida más en las primeras edades. Esta especialidad infravalorada hasta
el extremo de que carece de los más esencial para su buen desarrollo, como una
financiación adecuada que abarque docencia e investigación, se traduce en unas
continuas carencias que se vienen arrastrando desde antiguo, e impide a los
profesionales españoles, un autónomo e imparcial desenvolvimiento en cuanto a
la investigación se refiere, quedando sujetos a financiaciones públicas
externas a la Universidad (léase aquí C.S.I.C), que por regla general se hallan
en manos inadecuadas o poco sensibles a la
investigación arqueológica.
La carencia de un cuadro de
profesores adecuados con sus auxiliares correspondientes para las clases
prácticas, así como la contínua falta de recursos mínimos para atender a las
necesidades de la docencia en relación con la formación del alumnado, unido a
una falta absoluta en la infraestructura, laboratorios, bibliotecas
específicas, diversificación de competencias de la administración, etc., nos
sitúa con respecto a nuestros vecinos europeos en el vagón de cola de esta
ciencia. De poco sirve la preparación teórica de nuestros licenciados, merced
al contínuo desvelo del profesorado, si nuestra dependencia analítica del
exterior es total. Si la financiación de la investigación está basada en
planteamientos políticos dependientes de organismos diversos (CC.AA.,
Diputaciones, Ayuntamientos, etc.) cuyos intereses en la mayoría de los casos
no coinciden con los de los investigadores; intereses no científicos que merman
el libre desarrollo de la ciencia.
Por otra parte, su
degradación parece consolidarse cada vez más, en virtud a las reordenaciones de
la administración pública con escasos presupuestos para la investigación que
acaban siendo incluidos en capítulos tan peregrinos como: certámenes y
competiciones deportivas, festejos diversos, etc.
El trabajo de campo es
absolutamente imprescindible para el futuro arqueólogo sin cuya realización, su
formación estaría incompleta. El reforzamiento de la presencia internacional
facilitando becas y ayudas a profesores y licenciados, de manera que, se hallen
al corriente de las últimas novedades, o realizar excavaciones tendentes a una
mayor ampliación de nuestro exiguo grupo en el extranjero, la creación de un
cuerpo de arqueólogos específico e independiente de los diferentes organismos
públicos o privados con dotaciones presupuestarias suficientes. una mayor
relación interdisciplinar de las mal llamadas ciencias auxiliares, y una total
y absoluta independencia en el desarrollo de esta importantísima ciencia, unido
a una mayor y mejor calidad en la docencia dará
a la Arqueología la personalidad propia y necesaria que justamente reclama.
ANALOGIAS
Y DIFERENCIAS
El primer artículo los
problemas que plantea son de tipo jurídico-administrativo, haciendo una leve
referencia a los estructurales que son la base del desarrollo del segundo
artículo. Abogan por una independencia tutelar de la Administración, incidiendo
en el incremento de las relaciones con las nuevas realidades políticas, a
partir de las transferencias que en materia de cultura se han llevado a cabo.
Por contra la opinión de los segundos centran sus críticas entre otras, en esas
transferencias culturales que han perjudicado a la profesión.
Estos defienden una
investigación a través de la Universidad (C.S.I.C), de ámbito nacional
centralizado, con unos suficientes presupuestos que les permita una
investigación independiente de otros intereses, a veces perjudiciales para la
profesión.
Los primeros abogan por una
arqueología de intervención o gestión, empresas privadas que ofrecen un mayor
abanico de probabilidades para absorber a los licenciados que anualmente
obtienen su título de historiadores, por otra parte hacen más accesibles los
descubrimientos al resto de los ciudadanos, para que a través de ellos valoren
más su Patrimonio y por ende se conviertan en guardianes permanentes de su
custodia.
Los segundos parecen centrase
más en un postulado más arcaico con respecto a esta importante innovación,
apenas hace mención en su artículo a la difusión de los hallazgos fuera del
ámbito académico o profesional, critican que algunos arqueólogos hayan
protagonizado una adhesión a las nuevas
corrientes innovadoras apoyándose en datos escasos o poco significativos,
rompiendo con la tradición arqueológica positivista que ha dominado este campo,
hasta la llegada de esta renovación de
corte anglosajón.
Para los de otros es un grave problema la
falta de una titulación específica y un Colegio profesional que combata el
intrusismo profesional, para los segundos se trata de una circunstancia
secundaria, dándole más prioridad al reconocimiento de un cuerpo exclusivo de
arqueólogos de ámbito nacional, aunque terminan siendo discutibles, pues no
solo asumen aquellas responsabilidades, sino que terminan elaborando planes
sistemáticos de investigación para lo que no están capacitados.
Coinciden, sin embargo, en la
precariedad presupuestaria en la que deben desenvolverse, también coinciden en
criticar la falta de laboratorios, bibliotecas específicas y de una docencia
con suficientes medios para desempeñar su labor ; en la inmensa mayoría de
los casos estos profesores se ven desbordados ante lo que quieren hacer y, lo
que pueden, o le dejan (presupuestos) hacer, con el lógico sentimiento de
frustración (en no pocos casos) al toparse con estas carencias. Otra causa de
aproximación, es la solicitud de independencia total de la profesión con
respecto a la tutela de las administraciones.
Las diferencias que existen
entre ambas posturas, entre otras causas, está en el intervalo de tiempo, así,
mientras el primer artículo está editado en Octubre de 1993, recogiendo las
nuevas corrientes, políticas, económicas y académicas; el segundo es de fecha
anterior, su edición en Julio de 1988; este lapsus de 5 años, apenas
perceptible en el tiempo, no lo ha sido así en cuanto a los avances
tecnológicos que permiten su aplicación en el desarrollo de esta ciencia, amén
de los nuevos descubrimientos que contribuyen a la ampliación de conocimientos
de la ciencia arqueológica que hoy se apoya en otras que se articulan para dar
una forma coherente a esas piezas sueltas, aparentemente sin sentido, pero que
unidas forman parte de un todo.
Para el primer artículo la
Arqueología es una ciencia social, que se ocupa del estudio del ser humano y su
devenir a través de los siglos, a partir de los restos materiales encontrados
de su actividad social, utilizando para ello la excavación, prospección, y
peritaje, salvaguardando los terrenos suceptibles o evidenciales de
yacimientos, amenazados de destrucción, para ello son partidarios de la
arqueología de intervención o de gestión, entre otras razones; sus objetivos
son la recuperación del P.H., y medioambiental, el estudio, conservación,
rehabilitación, exposición y divulgación de inmuebles o materiales hallados,
apoyándose en ciencias afines que complementan a la específica arqueológica.
Para el segundo grupo hace
una clara diferencia entre Prehistoria y Arqueología, esta, dicen, es de
carácter patrimonial que excava, conserva y enseña, debería de tener un
carácter de enseñanza experimental en la Universidad, apunta la posibilidad de
incorporar a su metodología estudios analíticos y aplicaciones tecnológicas
novedosas, la delimitación clara de las funciones de prehistoriador como
docentes o investigadores y no al servicio de organismos administrativos
encargados de salvaguardar el P.H.E., es una de sus recomendaciones.
Zaragoza a 19 de agosto de
2014
José María Fernández Núñez
Historiador
sábado, 26 de julio de 2014
ARQUEOLOGÍA MEDIEVAL
Se
trata del estudio de la cultura de los restos materiales de la E.M., en una
búsqueda metódica que, tiene por objeto recabar los aspectos materiales de la
civilización que, no puede dar a conocer los documentos escritos, es, por tanto,
la historia del hábitat en todas sus formas. Se pretende la reconstrucción
total de la época histórica aunque nos ocupe en una progresión natural, la
actividad principal es la excavación que debe aportar algo nuevo a lo que ya se
propone en el estudio de los documentos y objetos conocidos, por lo tanto la
arqueología se trata de una ciencia auxiliar de la historia.
Hay
datos que no aparecen en los textos porque no son de interés, en los materiales
escritos hay una intencionalidad del autor, mientras que en la arqueología no
existe esa circunstancia, es más veraz muestra el hecho tal como fue. Otro
factor es su irreversibilidad (no se puede volver a reconstruir un yacimiento
excavado).
En
su estudio surgen dos sujetos históricos el pasivo y el activo, el pasivo no
deja restos en la arqueología clásica, en la E.M., esto se invierte siendo el
pasivo (casta dirigente) el que deja los restos que se estudiarán a posteriori.
Ante un edificio no interesa el valor artístico, eso corresponde a otro campo, sino las técnicas y materiales
de construcción, sociedad que lo construyó, economía del momento, financiación,
etc., quedando el artístico en un segundo lugar.
Esta
técnica de estudio se sirve de otras disciplinas tanto en el campo de las
ciencias exactas como en el de las ciencias humanas. Los prolegómenos que son
la base de esta ciencia se corresponden con cuatro apartados importantes:
1º.- antes de realizar cualquier
excavación lo primero que hay que hacer es utilizar las fuentes escritas para
el periodo.
2º.- la utilización de los topónimos aunque en algunas ocasiones pueden
llevar a error.
3º.- la presencia de otros monumentos afines al periodo estudiado.
4º.- el estudio de la cultura del momento (religiosa, militar, etc.).
Ha
de proporcionar una visión global de la época que se estudia (no se puede
realizar el estudio de un periodo exento), un fósil director será la cerámica
aunque se carece de una sistematización de ella, lo mismo se pude decir de la
numismática, la toponimia, genealogía, heráldica, sigilografía, etc., también
hay que tener un amplio conocimiento de la Historia y geografía nacional y/o
regional, los vestigios arqueológicos anteriores de la demografía espacial, hay
que tener conocimiento de la historia agraria, de las especies agrícolas que se
cultivan en cada lugar, técnicas empleadas (instrumentos agrícolas, modos de
cultivo, etc.).
Hay
que conocer las vías de comunicación,
(vías pecuarias, cordeles, cañadas, etc.) en el ámbito urbano hay que conocer
su devenir histórico las instituciones que regulan la vida social, también las
eclesiásticas, la vida cotidiana de esas personas (el urbano utiliza el reloj,
el campesino el sol, el clérigo la regla monacal), también los ritos funerarios
son de vital importancia (inhumación, incineración, etc.) hay que conocer la
evolución de la tipología de las tumbas, supersticiones, ajuares funerarios,
etc., desde mediados del siglo VIII comienza a desaparecer la costumbre de
depositar en las tumbas armas y objetos varios.
Los
sistemas constructivos dan una cronología relativa a priori fácil, hasta el
siglo X se emplea el pico y el cincel para la piedra, más tarde será el
puntero, en el XII el cortante dentado, y la escofa, pero el pico y el cincel
para la piedra dura se utilizará durante toda la E.M.
La
moneda más que datación nos habla de la situación económica del momento,
también nos da información sobre la situación social, estas monedas pueden
tener en ocasiones el valor de amuletos y talismanes en caso de ritos
funerarios, aunque en estos (pago del barquero Caronte) se efectúa con monedas
más antigua.
La Demografía: las líneas principales de la evolución demográfica
aparecen hoy con cierta claridad, sin embargo, el gran problema es la carencia
de fuentes, no obstante, existen ciertas tendencias por las que podemos hacer
unas consideraciones generales. Se sabe que hay un relativo estancamiento de la
población en los primeros siglos (V, VI y VII), las aportaciones de los pueblos
bárbaros no se puede considerar un aumento poblacional, puesto que en este caso
venían a suplir las bajas producidas principalmente por las guerras, no
obstante, en la población tardoimperial sí que aportaron un avance demográfico
al convertirse al cristianismo e integrarse de forma definitiva en las
estructuras del imperio, a fines del siglo VIII y principios del IX.
Este
estancamiento explicaría las situaciones sociales, la ocupación del espacio
tanto urbano como rural (las creaciones urbanas visigodas son muy escasas,
Recópolis, Victoriato y Origito), desde fines del siglo X hay un cambio
tendencias que incide en la ocupación del suelo, en el hábitat y en la
situación social, es la gran expansión hasta fines del XIII, para decaer en los
siglos siguientes (XIV -1348 - peste negra - y XV).
Este
desarrollo no es igual para todos los espacios europeos, de ahí la fundación de
villas nuevas (ex novo), la ocupación rural será más densa que la urbana, los
monasterios se convertirán en importantes células de expansión agraria y
económica a través de sus granjas, las epidemias modificarán los índices de
población generando desplazamientos masivos hacia las áreas más beneficiadas.
Para esta época ya se cuenta con documentos escritos, son los llamados Libros de Fuegos, son fiscales lo que
nos lleva a dudar de su total autenticidad, los privilegiados no figuran, aún
con todo, se puede obtener información muy amplia sobre la demografía y líneas
de comercio.
La Geografía Histórica: es el estudio de los límites espaciales donde se
desarrollaron las sociedades sometidas a estudio, va ligada al desarrollo demográfico,
modificación de fronteras, relieve, clima, coberturas vegetal, modificación del
paisaje agrario, transformaciones superficiales del suelo sujeto a
modificaciones drásticas, etc. Historiadores y geógrafos confluyen en este
campo intermedio. Para la dirección delas excavaciones medievales, así como
para la interpretación correcta de las observaciones estratigráficas, se
requiere con frecuencia un buen conocimiento de las variaciones experimentadas
por los climas a lo largo de las épocas históricas.
Sociedades Rurales: hay
que conocer las condiciones naturales de los cultivos, bosques, pastos tipos de
establecimiento rural, etc., la polinología es una herramienta importante, a
partir de 1930 se estudia la sociedad rural medieval, hay estudios puntuales
para algunas regiones concretas, se han perfeccionado los métodos tradicionales
de investigación, a la vez que se descubrían y utilizaban nuevas fuentes de
información. Sin embargo, ni la práctica de las excavaciones, ni tampoco la
prospección en superficie ha sido todavía utilizada de forma sistemática. No
obstante, ellas podrían proporcionar una contribución insustituible a las
investigaciones de las sociedades rurales de la E.M., y sobre los hábitats
campesinos o señoriales.
La Historia agraria y las técnicas agrícolas, la documentación habla de los cultivos solo cuando
hacen referencia a los límites entre propiedades y no siempre. La foto aérea es
otra herramienta fundamental, se observan restos vegetales y de edificios, es
importante para determinar las divisiones del espacio físico que es difícil
conocer, al utilizar medios de marcaje caducos, las herencias y particiones
también contribuyen a su escaso estudio, se conocen como CENTURIACIONES
haciendo referencia a las concesiones que se hacían a los veteranos de guerra
romanos, esto se extrapola hasta prácticamente nuestros días.
Progreso y retroceso de los cultivos: junto a los métodos tradicionales de investigación
histórica hay que destacar la importante contribución de la toponimia y la
polinología. En las roturaciones siempre hay un contraste a partir el siglo XI
que viene acompañado de un aumento poblacional y un descenso demográfico en los
siglos XIV y XV, notable no solo por el empobrecimiento de la tierra por
carencia de abonos y falta de mano de obra, la responsabilidad hay que
rastrearla en la economía, la sociedad y los intereses militares.
Instrumental agrícola, los modos de cultivo: hasta ahora han sido suficientemente estudiados los
de labranza, se utilizaba el arado romano y el de ruedas, el único modo para
determinar su uso es comparar el uno y el otro, por el contrario se olvidan los
útiles menores de huerta, poda y recolección, la utilización de los trillos,
sus modos han perdurado hasta nuestros días. Son interesantes las pinturas y la
iconografía donde se representan labores agrícolas, hay que tener en cuenta las
técnicas para enriquecer los campos, el sistema es la quema de rastrojos (al
año vez) se deja un año descansar para plantar al siguiente, se utilizaron las
gramíneas para el cultivo y oxigenar la tierra.
Vías de comunicación: se sabe que en la E.M., se mantuvieron las
vías romanas, además de las nuevas trazadas, que ponían en contacto los núcleos
rurales (caseríos, monasterios, casas aisladas, etc.) entre sí. Entre el siglo
X y el XV se crean estas vías nuevas que han sido muy poco estudiadas. Los
planos catastrales del siglo pasado constituyen una herramienta importante,
reflejan los itinerarios de las visitas reales y eclesiásticas entre otras
novedades.
La vida urbana. El estudio de la situación topográfica es muy
importante, también el estudio de la arquitectura y los servicios que debe
sostener la vida en la ciudad (vías de
comunicación, aguas, recogida de residuos sólidos, etc.), planos antiguos, es
muy importante el estudio de los hábitats continuados, (ciudad) hay que tener
en cuenta las instituciones económicas y sociales que se crean en ellas. La
diferencia entre el ámbito rural y el urbano es la muralla, ésta no solo tiene
un carácter defensivo también es social. Los planos antiguos y a veces también
los dibujos, son fuentes de primera calidad para la historia urbana.
El Feudalismo: Es el sistema
de instituciones que regulan las relaciones feudo-vasalláticas. En este caso la
excavación puede proporcionar datos que no encuentran en las fuentes escritas.
El arqueólogo se cuidará de tomar siempre como punto de partida las normas
jurídicas, para confrontarlas con lo que haya observado en los vestigios de la
realidad vivida. A partir del siglo XI vemos aparecer junto a los contingentes
vasalláticos a unos mercenarios que combatían a pie o a caballo, progresando su
número en el transcurrir del tiempo, sustituyendo a la hueste del señor. El
vasallo podía entregar al señor como sustitución de este servicio de hueste,
una contribución en dinero que a su vez permitirá el pago de estos mercenarios,
esta situación pervivirá hasta principios de este siglo (guerra de Marruecos).
Instituciones eclesiásticas:
las instituciones administrativas y socioeconómicas, van aparejadas a las eclesiásticas
y sus distintos ritos, la estructura
básica de ésta es la Parroquia es la que el arqueólogo descubre con mayor
frecuencia. Le es preciso conocer la fecha de su fundación, la extensión de su
territorio, interpretar bajo la advocación de que titular del amplísimo
santoral esta colocada la iglesia, es la unidad de difusión, confirmación y
vigilancia de la extensión de su religión. El investigador para iluminar su
propio trabajo, tendrá que informarse sobre las modalidades de antiguas
liturgias, de este modo entenderá escenas como la de Sta., María de Uncastillo,
que al profano pueden resultarle un tanto obscenas y pecaminosas.
La vida cotidiana de un
hogar, desde el punto de vista de la alimentación, vestido, vicisitudes, etc.
la historia de la alimentación deja sedimentos, aparición de basureros,
utensilios de cocina poco perdurables como la madera. Los momentos de ocio, la
literatura aporta abundante información aunque esta fuente hay que manejarla
con sumo cuidado.
Estos
aspectos que encubren una estratificación social muy acusada no se pueden
apreciar, por lo general, a través de los documentos, a pesar de disponer gran
abundancia para la Alta Edad Media que, ofrecen indicaciones sobre mobiliario,
el ajuar doméstico y el vestido. Por el contrario las fuentes literarias
abundan en descripciones, a veces minuciosas, de escenas de la vida cotidiana.
Sin embargo, no podemos encontrar en ellas un reflejo fiel de la realidad. Lo
mismo sucede con la mayoría de las fuentes iconográficas. De ahí que la información
proporcionada por las excavaciones de hábitats antiguos cobre una especial
importancia.
Desde
hace muchos años, el vestido ha sido objeto de estudios descriptivos. Sobre el
mobiliario y el ajuar doméstico, los documentos de archivo de los siglos XIV y
XV ofrecen algunas precisiones que, a primera vista, no admiten discusión,
aunque se detecten ciertas lagunas (la cerámica de barro no figura casi nunca,
a pesar de que constituía lo esencial de los utensilios de cocina y mesa. Estos
inventarios eran realizados solo algunas semanas después del óbito. El
testamento, por sí solo ofrece materia suficiente para el estudio de las
estructuras familiares, pero no proporciona información exhaustiva sobre el
patrimonio.
Los cementerios nos
informan de la clase social a la que pertenecía el finado, con estos datos se podía hacer un estudio demográfico (vida
de una generación estimada en 30 años aproximadamente). Los fetos y niños que
en la primera infancia (3,4 años) se les enterraba fuera del cementerio al no estar
bautizados, o en el interior de sus casas, ello explica que sea tan baja la
proporción de jóvenes (menores de 20 años) respecto a los adultos en la
necrópolis de la Alta Edad Media.
Hay
que tener en cuenta los sitios, costumbres y ritos de esa religión. Cuando un
muerto era enterrado vestido y acompañado, a veces, de los objetos propios de
su condición, las diferencias de riqueza o de rango social quedaban patentes
incluso en la muerte. El examen antropológico y paleopatológico de los restos
óseos nos dan información sobre dietas, salud, epidemias, etc. Desde hace algún
tiempo se ha intentado fechar las tumbas basándose en su contenido.
A partir del siglo VIII desaparecen los
ajuares en las tumbas. Más tarde a partir del siglo IX se colocaran junto al
muerto los recipientes de terracota que han servido para quemar inciensos
durante la ceremonia de las exequias, siendo estos utensilios un fósil director
para obtener una datación relativa. Otro de los elementos son las indicaciones
o señales en tumbas también se puede ver el desarrollo sobre este arte. El
cementerio se ubicaba junto a la iglesia parroquial, con frecuencia constituía
el auténtico centro de la vida parroquial, donde podía estar emplazado el
presbiterio o el granero donde el sacerdote almacenaba los diezmos.
Villar del Cobo a 26 de julio de 2014
José María Fernández Núñez
Historiador
miércoles, 16 de julio de 2014
LA PREPARACIÓN DE LA EXCAVACIÓN
Antes de iniciar una
excavación lo primero que hay que hacer para la E.M. (Edad Media) es un estudio
de las fuentes manuscritas, para ello hay que acudir a los archivos en sus
distintos ámbitos, eclesiásticos, nobleza, notariales jurídicos, etc. Se
requiere una labor de investigación previa, dada la dispersión de las fuentes
que se hallen relacionadas con lo que se pretende excavar, lo que nos facilita
un esquema de trabajo para realizar ese estudio. Lo más aproximado es señalar
la categoría de los textos donde suelen aparecer datos del lugar en función a
lo que se pretende excavar, hay que investigar en archivos distintos donde se
pueden hallar las informaciones que precisamos para la obtención de un dato
concreto, así si es eclesiástico hay que acudir a las Listas de Becerros
(Cartularios), el de Huesca se conoce como el Libro de la Cadena, Libros de
Censos, Privilegios, Derechos, Gastos, etc. Los archivos de los obispados,
parroquias, cofradías, las actas de bautismo no aparecen hasta fines de la E.M. anteriormente el
privilegio de la imposición de los sacramentos se hacía siempre en la catedral,
lo que conllevaba una serie de derechos de los que se obtenían pingües
beneficios. Con la creación de las parroquias se permitió a éstas la administración
de estos sacramentos y su percibo pecuniario.
En los urbanos son de
gran interés los archivos municipales, mapas, planos, entre otros, también se
puede acudir a las fuentes notariales que suelen ser muy tardías de mediados
del siglo XV. Para la excavación de edificios medievales los documentos suelen
ser más conocidos y suelen estar junto a
los libros de fábrica, uno de los más antiguos es el de la construcción de las
pirámides de Keops.
Hay otra serie de
documentación como son las que recogen las visitas reales, eclesiásticas y
señoriales, este era un impuesto que percibían los señores cuando no se llevaba
a cabo la visita. Otro similar es el de las cenas. En estas visitas se
aprovecha para la construcción y/o remodelación de edificios, caminos, puentes,
viaductos, etc. Es un tipo de documento que se suele encontrar en las
Chancillerías reales y en los archivos eclesiásticos. Cuando los monarcas van a
emprender un viaje se pone en conocimiento de todas aquellas poblaciones que se
hallan a su paso, el arqueólogo por esta circunstancia puede detectar la
reparación de vías, sedes, peticiones de los vasallos, quejas. Son importantes los Libros de Fogaje que se
generalizan a partir del siglo XIV, aunque este tipo de documentación hay que
tratarla con sumo cuidado dado el carácter fiscal de la misma.
Fuentes
escritas:
muchas de estas fuentes se han transcrito y hoy se hallan impresas, son
colecciones diplomáticas, actas de concilios, en general toda la documentación
de esta época, incluyendo ritos funerarios, liturgias, compras, ventas,
donaciones, permutas o herencias.
Otra fuente
es la Toponimia, la etimología ha dependido durante mucho tiempo de la fantasía, por
lo que, hay que poner atención en la investigación de la Toponimia basándose en
esa ductilidad etimológica, cuyos conceptos en ocasiones difieren de la
identificación original. El examen de los nombres de un lugar nos puede dar
idea de los pobladores, su origen geográfico, oficios, situación social,
etc. Los lugares donde se ubicaban los principales elementos del servicio común
(generalmente bajo la dominicatura señorial) horno, molino, forja, etc. El
propio nombre de la población nos está indicando su situación jurídica y social
Villanueva, Villafranca, Romanos, etc. Aunque en estos casos el arqueólogo
pondrá atención en el estudio de las estructuras arquitectónicas y documentales
evitando caer en el error de confundir una población ex novo del siglo XVIII
con una medieval o repoblación de cualquiera de ellas. Carlos III en ese siglo
creó nuevos asentamientos, que en ocasiones abarcaban a otros anteriores que se
hallaban incluidos dentro del término de una población hegemónica, dotando a
estos nuevos de órganos independientes con respectos a sus anteriores
tutelares. También la toponimia debe ser tenida en cuenta en las distintas
denominaciones de los accidentes geográficos, vías de comunicación,
asentamientos aislados como los más comunes.
Textos epigráficos: no existe ninguna obra
que recopile las inscripciones efectuadas entre los siglos V al XV, al
contrario que en el mundo clásico, donde existen tratados en los que se van
incluyendo nuevas inscripciones, a medida que van apareciendo al mismo tiempo que se transcriben en textos
impresos que facilitan la labor del investigador. En la época medieval se
carece de estos textos. Las inscripciones cristianas de la Era Romana y Visigoda
están publicadas por Vives, constituye una herramienta importante para la época
visigoda, pero no hay un estudio de los materiales de esta época. En la E.M.,
no existe la trianómina (nombres y dos apellidos) del tronco familiar, hermanos
de una misma casa en ocasiones toman apellidos distintos, esto es consecuencia
de la situación social del individuo, el primogénito hereda haciendas, títulos
y privilegios de la casa, el segundón es donado a un monasterio o al servicio
de un señor, es éste el que tomará ese nuevo apellido.
Las inscripciones
monumentales (funerarias, conmemorativas, laudatorias, etc.) suelen estar
fechadas e identificadas (emisor y receptor).
Es importante la
documentación epigráfica visigoda, de la que se encontraron 36 pizarras en
Salamanca que fueron transcritas por el profesor Sánchez Moreno, se trata de un
archivo sobre cuentas mercantiles y de administración de una gran propiedad. Un
dato muy importante a tener en cuenta es que la misma estratigrafía donde se
hallen estos textos, no sirven para datarlos. Los puntos de expresión entre
palabras nos pueden dar una cronología relativa. Hay 294 estelas epigráficas
hebraicas en España, también las hay islámicas, y nazaríes, estas suelen ser más
abundantes, son muy interesantes los signos que acompañan como son las marcas
de canteros, signos de separación, etc., aunque no aportan demasiados datos. La
interpretación de los signos es otro de los problemas. La época medieval es de
un profundo simbolismo, en los cuadernos hispanos de simbología o en recetas de
traza y maza, nos ponen en contacto con ellos. Riu dice que en muchas ocasiones
estas interpretaciones nos pueden llevar a un error. Pérez Rioja también tiene
unos trabajos sobre simbología.
La calendación es otra herramienta importante que el
arqueólogo debe conocer. En la E.M se utilizaron diversos sistemas de datación
de documentos (documentales y epigráficos) en función a la entidad que los
emitía; los eclesiásticos generalmente utilizaban los años del “reinado”
papal vigente, de tal manera que la denominación “Anno Pontificatus” era
usual refiriéndose a los años transcurridos desde la toma de posesión del
ocupante vigente de la Silla de Pedro, aunque también solían utilizar la
calendación civil. Los documentos jurídicos se databan en función al reinado y
la época. Se utilizaban distintas dataciones, desde la Era Hispánica (38 años
antes de la actual) estaba relacionada con el calendario Juliano, hasta el “Anno
Nativitate Domini”, pasando por el sistema florentino (más complejo) y el de
la muerte de Cristo (en Aragón perduró la Era Hispánica hasta bien entrado el
siglo XIV). Otra calendación utilizada en tierras hispanas era la musulmana, se
trata de un calendario lunar con sistemas de adaptación al cristiano un tanto
complicados, puesto que no se corresponden los meses ni los anuales ni la
composición diaria de los mismos, no obstante, existen tablas de adaptación
(ejem. El Capelli) que facilitan enormemente la labor del investigador.
Prospección aérea: es una técnica muy
novedosa nació con la I Guerra Mundial, se realiza desde un espacio elevado, la
primera vez que se empleó, se llevó a cabo en la ciudad romana de Ostia,
obtenida desde un globo aerostático en 1913. Es una herramienta que permite
percibir desde el aire lo que desde el suelo no se aprecia. Siguiendo las rutas
de las caravanas se han podido descubrir fuentes, alojamientos, caminos viejos,
etc., no revela el yacimiento por sí solo, sino que, con el fotógrafo y el
intérprete, distinguen lo actual de lo anterior, cursos de ríos, caminos
abandonados, estructuras arquitectónicas enterradas, etc., la fotografía puede
ser oblicua y vertical con predominio de la primera.
El estereoscopio[1]
es una herramienta muy útil que permite ver el terreno en tres dimensiones, el
gran avances que aporta es el espacio tan amplio que se puede llegar a
interpretar en un momento determinado, la fotografía en blanco y negro permite
un buen contraste donde se puede distinguir los vegetales de las rocas. La
fotografía por infrarrojos da unos colores de más o menos intensidad en función
a la humedad del terreno, también está la prospección térmica, la termo
luminiscencia, hay una variada gama. Se realizan sobre restos conocidos, su
ventaja es que el yacimiento no sufre nada, ofreciendo al arqueólogo datos
vitales para la excavación.
La excavación: la labor burocrática antes de la excavación
es fundamental, obtener los permisos pertinentes es muy importante. La
instalación del campamento, hay que tener en cuenta la naturaleza del lugar, la
duración de la excavación el personal que participará. En los días previos hay
que programar el lugar donde se
guardaran los utillajes que se emplean en la excavación y donde se va a
almacenar lo que se vaya obteniendo. La excavación se divide en dos partes, una
es la labor de campo y otra es la interpretación diaria de lo hallado, otro de
los problemas importantes es donde se depositan las tierras que se extraen, a
veces constituye un gran problema sobre todo si convertimos el resto del yacimiento
en escombreras de nuestra excavación lo que, llevará en un futuro próximo a
retirarla para poder continuar con la consiguiente pérdida de tiempo y del
escaso dinero.
También en vital
levantar una planimetría donde se puedan señalar los puntos de preparación y puntos de ejecución de la excavación. Tiene que
realizarse a escala mediante curvas de nivel. Tiene que marcar los desniveles
representando los accidentes geográficos. Hay que buscar un punto cero para las
cotas buscando la cota ideal, para ello se coge un punto de referencia que es
inmutable donde se efectuará una marca para saber que es el punto cero y con
referencia a él se establecen las cotas de nivel o depresión, este punto cero
sí que reflejara su verdadera altura con relación al nivel del mar.
La excavación hay que
efectuarla con el cuadriculado en el plano ideal, se realiza por medio de línea
perpendiculares al terreno con letras y números normalmente se suelen utilizar
clavos para su delimitación (dada la dificultad de aplicar la planimetría al
terreno) con una goma elástica, así se divide en cuadros el espacio, unas
líneas quedarán como ideales y otras serán recogidas a mediada que avanza la
excavación, estos cuadrados se ajustaran al espacio excavado (método de
Laplace) se procurará que el eje de ordenadas y accisas de esta cuadrícula
tenga una orientación determinada. Mortimer Weber propone no excavar en su
totalidad las cuadrículas, sino que se realizan alternancias entre unas filas y
otras, quedando éstas como caminos de acceso o para depositar los objetos
hallados. Si aparecen construcciones se puede ampliar la excavación, este es un
método cómodo, puesto que permite extender las retículas hacia los cuatro
puntos cardinales. El sistema de Laplace es la excavación total. El sistema
Lambert también utiliza las cuadrículas.
Excavación de los estratos: tienen por objeto
levantar la tierra acumulada hasta llegar al suelo original, para la obtención
de secuencias estratigráficas se suele empelar un tubo hueco metálico (mejor
transparente), que se introduce en la tierra a presión y se obtiene las
distintas estratigrafías, para ello se debe contar con que la tierra se
encuentre en un estado idóneo (movida, húmeda, etc.), es el método de
excavación clásico, no obstante presenta muchos problemas que se solventan a
media que se conoce y excava el terreno. El axioma en que se basa esta
excavación es que el terreno se ha podido formar por acciones naturales o
antrópicas. Los estratos se ordenan siempre de abajo hacia arriba por el paso
de los años, este es el estrato ideal, pero no siempre resulta así, cuando se
excava es difícil que se contemple ésta división por la propia configuración de
los edificios excavados, hay sistemas que se hacen con profundidad y por
extensión. Sobre las estratigrafías hay criterios de definición, los colores y
la granulosidad sirven de distinción de unos estratos a otros, la acción
antrópica también queda reflejada en ellos de tal manera que, aquella que haya
estado bajo la acción humana es distinta a la que se mantiene virgen. En
ocasiones se suelen utilizar útiles como el tensoplas (cinta elástica
adherente, utilizada en medicina) que se aplica al corte para obtener una
estratigrafía basándose en la coloración del estrato.
En el estrato de
ocupación se observa en diferentes indicios.
1º.- la dureza del suelo, está más apelmazado y
compacto, por la habitación continuada humana,
2º.- también es más oscuro, se suelen hallar
fragmentos de cerámicas restos de alimentos, etc.
3.- es muy usual el hallazgo de pozos ciegos de
salubridad, aunque también podían servir como alacenas u otros menesteres
(silos, depósitos de armas, herramientas.)
4º.- otro de los elementos que modifican el suelo, son los hogares que
arrojan estratos de cenizas, la cocina ocupaba poco espacio y era móvil,
también el endurecimiento del suelo por acción del aseo (barridos, humedecimiento
de la tierra.) Para señalar la estratigrafía lo ideal es contar con una tabla
de colores a su vez combinada con números y letras, al citar los colores hay que
citar la tabla en la que se basa la señalización de la estratigrafía. También
estos colores son útiles para la
descripción de cerámicas.
La inclusión: uno de los casos que se dan
son las inclusiones, consistentes éstas en cavidades en sentido perpendicular
al plano de la excavación. Son huecos en
los estratos en los que se han podido deslizar materiales pertenecientes a
capas superiores del terreno. Así, el
arqueólogo se podrá encontrar en la zona a estudiar con muros, postes,
cementerios, etc. Son numerosas las anomalías en la excavación, por lo que éste
debe estar atento y capacitado para poder responder a ellas adecuadamente.
Estas bolsas estratigráficas, se suelen dar en pozos naturales o artificiales
provocados por la acción antrópica, la animal o la geológica. Esta forma
anómala de estratigrafías, no debe ser confundida con la inversión de estratos
en la que un factor fundamental es la acción antrópica, no entendiéndose como
tal, la simple acumulación de estratos provenientes principalmente de arrastres
pluviales que conforman los aterrazamientos de las cuencas hidrológicas y/o
anegación de ollas naturales por los mismos efectos. La inclusión es
consubstancial a la excavación de fosos y el relleno de murallas como los más
importantes en los que, se refleja una clara inversión estratigráfica.
Utillajes
de la excavación: éste es de una gran variedad, hay toda una
gama desde el empleado por el peón al cirujano (piquetas, bisturí, pala,
carretilla, etc.) Todos ellos son útiles y responden a una función determinada,
dada la diversidad de materiales hallados no es posible hallar un solo utillaje
que se identifique plenamente con el arqueólogo, puesto que, se sirve de todas
las herramientas utilizadas para otros menesteres, tan genéricos como
específicos. En la excavación ideal, lo interesante sería contar con cada uno
de los profesionales que emplean preferentemente esas herramientas, ejerciendo
como colaboradores del arqueólogo.
Recogida y fichaje
de los objetos: todos los objetos extraídos en la
excavación han de ser recogidos y fichados, donde constará el lugar exacto de
su aparición, estrato al que pertenece y etiquetado con el nivel donde fue
hallado. Actualmente las siglas empeladas en las etiquetas son facilitadas por
la Comunidad Autónoma donde consta el nombre del yacimiento, suelen ser con
letras y números. Para el óptimo resultado de la excavación, es necesario
procurar no sacar ningún objeto de su contexto estratigráfico. Cada uno de
ellos hay que sacarlo en el momento en que se excava el nivel arqueológico en
que se encuentra. Una vez extraído, será de total importancia la realización in
situ de una ficha borrador que informe de los datos de dicho objeto y lo
identifique. Ésta será introducida en una bolsa de plástico junto con el objeto
u objetos a los que se refiere. En caso
de que el objeto sea frágil, será también introducido en una caja de material
plástico.
Conservación y consolidación en el lugar: será necesario tener a disposición los materiales requeridos para tratar
los objetos que sufren alguna degradación al ser extraídos de los estratos
arqueológicos. Tales aplicaciones sólo se llevarán a cabo en caso de urgencia.
Algunos objetos se deterioran al extraerlos del subsuelo porque en ese momento
se empiezan a someter a otro medio y presión.
Dibujo
en el campo de excavación: se realizan al mismo tiempo que la
excavación, los planos que tienen siempre que cumplir con unos elementos
generales para que sea valido, escala, profundidad y los datos convencionales
de orientación. Los perfiles se realizan en un papel milimetrado al que se
traslada la realidad de la excavación. Existen cuatro medios para representar
los niveles estratigráficos a medida que se realiza la excavación: el dibujo,
la fotografía, el modelado y la preservación de las muestras extraídas del
suelo. La plasmación de planos y perfiles será fundamental a la hora de
representar el estado en que se encuentra el terreno antes y después de la
operación de excavación arqueológica.
Fotografía en la excavación: para obtener una fotografía del yacimiento que sea publicable, es necesario para su realización un equipo profesional, que no deberá estar defectuoso, sino todo lo contrario, tendrá que cumplir unos niveles aceptables de calidad. La cámara debe colocarse en la vertical del punto a fotografiar y en un plano paralelo al del objeto. En cada una de las fotos que se tomen hay que poner un letrero que contenga la fecha, la escala, el nombre del yacimiento y la situación geográfica del lugar fotografiado. La foto se utiliza como material complementario al dibujo de planos y perfiles, no obstante en la actualidad algunos profesionales optan por las cámaras de video que amplían el horizonte visual y facilitan la labor en cuanto a escalas, espacio geográfico o descripción detallada de algún objeto concreto permitiendo una hipotética reconstrucción del yacimiento más pormenorizada y “viva” que la propia fotografía.
El modelado: es una técnica relativamente fácil, se trata de una estructura latente que ha desaparecido pero que, nos ha dejado en negativo su antiguo contenido y, se puede recuperar con la aplicación de materiales blandos como el yeso. Previa a esta operación es interesante cubrir las paredes del molde con una capa de aceite o grasa, en evitación de que el material empleado para recuperar el negativo del molde se adhiera a las paredes y mutile lo que se pretende obtener. En ocasiones es preferible a una foto o dibujo. Otro sistema para la realización del molde es aplicar tres capas de látex sobre la pieza, que previamente habrá sido convenientemente limpiada. Posteriormente, se cubre con fibra de vidrio, sobre la que se extenderá otra capa de látex. Mediante el vaciado, el molde dará una copia igual al original.
Diario de la excavación: conviene disponer de un cuaderno en el que poder escribir diariamente aspectos sobre el trabajo realizado, debe reseñar las personas que forman el equipo, también contiene el trabajo que se realiza y las cuadrículas que se pretenden excavar, señalando la hipótesis de trabajo. A continuación las variaciones, órdenes, incidencias, visitas, cuan mejor y más completo sea el diario, mejor resultado dará en la redacción de la publicación posterior de la excavación. Éste también recogerá otros datos complementarios, como opiniones del excavador, impresiones, etc. Por ello, es útil que tenga hojas cuadriculadas que, sirven de ayuda en caso de realizar dibujos o croquis. Hay quien prefiere grabar en el momento, estas ideas en un magnetófono, mientras otros excavadores las plasmarán con la ayuda de un secretario, en función al numero de áreas investigadas en ese momento, no obstante la redacción final del diario corresponde al director de la excavación. De ambas formas, queda para siempre en la memoria. Este cuaderno no es el registro de hallazgos, servirá también mientras se realice el trabajo de laboratorio.
De la excavación a
la historia: es el cúlmen de todo lo
realizado en la excavación, hay que empelar métodos de datación, análisis,
sistematización del proceso empleado y finalmente la publicación, donde se
expone el resultado final con la interpretación histórica de lo hallado. Uno de
los datos fundamentales es la cronología. Para ello se emplean los métodos de
datación, todos los objetos deben ser descritos en función a su época. La
datación relativa se lleva a cabo en el lugar de la excavación para ello los
estratos nos informan sobre la época en que se desarrolló esa cultura, la
dieta, el vestido el clima, etc. Son otros métodos relativos de cronología.
La cerámica
también ofrece una cronología basada en la tipología existente, aunque, para la
Edad Media, no existen unos arquetipos definidos en cuanto a sus decoraciones
dada la multiplicidad de sus ornamentos y su escaso espacio geográfico, con
fuertes influencias recibidas de la antigüedad. Por lo que respecta a sus
formas, son más estancas sobre todo, lo referente a la cerámica común o de
cocina, debiendo centrar en éste caso (el arqueólogo) su cronología más por la
composición de sus pastas y componentes desengrasantes que por su propio
estilo. También los metales empelados facilitan una cronología muy amplia en
cuanto a sus modelos, estos gozan de una vida más prolongada, sustituyen en la
vida agrícola a los tradicionales de madera endurecida al fuego (de tradición
romana) o, a los de utilización de elementos líticos. Otro elemento que nos
ofrece escasa cronología es la moneda (al contrario que en clasicismo) no es
apta para datar un yacimiento dada su prolongación en el tiempo y su escasa
relevancia en este periodo.
Existen otros métodos para la datación
absoluta que se emplean con asiduidad y ofrecen una cronología absoluta, tales
como la dendrocronología o el estudio de los anillos de los troncos de los
árboles que ofrecen incluso el estado climático del momento. El magnetismo
termoremanente que se utiliza para la cerámica, nos ofrece información sobre la
temperatura alcanzada por el horno de cocción, lugar de fabricación etc. El
radiocarbono, este presenta el inconveniente de que las piezas se han de
recoger inmediatamente y aislarlas en evitación de que las mismas se contaminen
y arrojen datos falsos sobre su datación, también, la pieza puede estar ya
contaminada antes de su extracción en función a su ubicación en el estrato y la
composición de éste. Los estudios polinológicos ofrecen a través del carbono 14
una datación absoluta, son elementos de gran fiabilidad, no obstante, es
esencial saber recoger las piezas.
La arqueología
analítica. No se suele emplear para la época medieval, sí
para la Pre., y la Protohistoria, sobre todo para la cerámica, constituye una
serie de etapas que puede ir analizando los distintos elementos de una cultura
social, para su análisis hay que facilitar una serie de muestras que permitan
la datación absoluta.
La publicación:
una vez obtenida toda la información a través de los procedimientos descritos,
se realiza la publicación, no debe ser una mera descripción del trabajo
arqueológico, sino que debe resultar un estudio integral que suponga un avance
en la exposición del devenir histórico del hombre a través de una época concreta
de la historia. Para ello constará de todo lo relativo a la cultura,
instituciones, pensamientos, relaciones sociales. Combinado con una perfecta
exposición literaria que despierte el interés en los sectores menos abocados a
su lectura y que constituya para los profesionales del medio una herramienta de
trabajo tan amena como científica, dotada de las aclaraciones pertinentes para
el personal neófito o casuales que, puedan utilizarlo para su estudio.
Villar
del Cobo a 16 de julio de 2014
[1] Es un aparato óptico por el
que, mirando con ambos ojos, se ven dos imágenes de un objeto, que por ser diferentes,
al fundirse en una, producen una sensación de relieve.
[1] Es un aparato óptico por el
que, mirando con ambos ojos, se ven dos imágenes de un objeto, que por ser diferentes,
al fundirse en una, producen una sensación de relieve.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)