martes, 27 de mayo de 2014

VIOLANT DE BAR

Esposa de Juan I de Aragón. Nace en el norte de Francia, en 1365, aunque no se guardan fechas de su nacimiento.
Hija de Roberto I, Duque de Bar, y de Mari de Valois, de la casa de Mombeliart, perteneciente a la casa de Aragón. Octava de 11 hermanos, se casó a la edad de 15 años.
Juan I, nace en Perpiñán, en 1350, hijo de Pedro IV el Ceremonioso y de Leonor de Sicilia. Fue nombrado Duque de Gerona, título que se reservaba a los herederos al trono del Reino de Aragón.
Se casó en primeras nupcias, con Juana de Valois, hija de Felipe el Hermoso  que falleció en Bézier, antes de llegar al Reino de Aragón. Vuelve a contraer matrimonio  dos años más tarde con Matha de Armañac, muriendo en Zaragoza sin haber dejado hijos varones.
Pedro IV, propone a su hijo casarse con la heredera de Sicilia, y de esta forma la política mediterránea, del Reino de Aragón se refuerza mucho más. Pero Juan no acepta la propuesta de su padre y gestiona por su cuenta, el acercamiento a la corte de Francia. Una serie de misivas, se cruzaron, entre Juan y la corte francesa, sin el consentimiento de su padre,  Pedro IV  que  se enfrenta a su hijo, pero él se casa con Violant. La boda tuvo  lugar en Montpellier el 2 de febrero de 1380.

Una ceremonia en la que hubo, muy pocos asistentes, ya que todos conocían la aptitud que el rey mantenía y nadie quería su enemistad.
Unos meses después, el infante revoca las donaciones de pensiones que en su día ofreció a su anterior esposa, transfiriendo a Violant, todo cuanto había disfrutado Matha de Armagnac. El traspaso de bienes se pormenorizó, en sucesivos documentos redactados y sellados por la cancillería del príncipe, en Perpignan. Se trataba de leznas, pechas, subsidios, feudos, peajes, impuestos sobre rendición del ejército, salinas, villas.
A Juan, todas estas concesiones le parecieron a poco, ya que creía que no era suficiente para la condición y rango de su esposa, y le sumó, réditos, pechas  frutos y demás juros de Tarazona, Canfran, Sallent de Gallego, Candanchu y Bisecas. Velando por las posesiones de la Duquesa dirigió un edicto a sus ciudades, en el revocaba la licencia para sacar trigo, ya que iba en perjuicio de los intereses de su esposa. Una de las regalías tradicionales que se ofrecía  eran las salinas del reino, asi como la distribución de la sal. Era un producto básico  para la industria de alimentos en salazones. Su compra se determinaba por un cupo, por cada fuego, o cabeza de familia, era una obligada gabela.
Las salinas de Remolinos venían siendo de especial interés, por parte de los reyes. Pero pesaban una serie de cargas a entidades  de relieve o a caballeros y nobles.


Durante estos años la futura reina, recibía los emolumentos sin embargo alguno. Dicen las crónicas que Juan I, tenía especial predilección por su esposa, mujer con ideal más aperturistas de lo que era costumbre  ver, por el Reino. El fasto de su corte, las deudas acumuladas, venían a sumarse, a la falta de voluntad de su esposo .No solo puso en sus manos las abundantes rentas del patrimonio  real, sin que también le dio todos los poderes para tomar las decisiones de los dominios del Reino.
Violant tuvo derechos sobre la villa de Tauste, aunque esto le provocaba grandes dolores de cabeza. No podía comprender, que aquellos palurdos tuviesen unas leyes propias y respetadas por reyes. En Tauste tenían derechos sobre judíos, sarracenos o cristianos. La concesión regia de la Villa de Tauste, tenía carácter vitalicio, y efectuada en la Aljafería. Junto  a las posesiones de viñas, campos, aguas, molinos, carnicerías, ganado, censos, pechas, exención de huestes y cabalgada y redención a las gentes del impuesto del maravedí. No obstante en caso de que el rey o sus sucesores, quisieran  hacer la luición y recuperar el señorío, deberían entregar a Violant 25.000 florines de oro del Reino .Juan les pedía a los vecinos de Tauste, cualquier condición y tuvieran a la Reina como señora natural.
Los síndicos y procuradores del concejo de Tauste, presentaron a Violant, un memorándum en defensa de sus intereses, que la reina tuvo que aceptar como contrapartida del homenaje, prestado por sus vasallos. Se incluyó un capitulo en que conscientes de sus derechos, no se permitiría dividir el señorío, cosa muy normal en aquella época, era dejar a su suerte a los habitantes, en manos de aquellos simplones, con título nobiliario, que esclavizaba a sus gentes. Sin el límite y el freno que imponía la legislación foral aragonesa, que  bajo su amparo se escudaba, los súbditos del Reino.
Todos los capítulos fueron aceptados y jurados  por la reina, que rubrico el documento, al igual que todos los presentes del concejo.


Violant se había convertido en una reina poderosa, había querido emular al reino de Francia, con eventos de mucho boato. Grandes fiestas y mucho derroche.
En enero de 1387 muere Pedro el Ceremonioso. Esto ocurre, cuando Juan I, se encontraba enfermo. El nuevo rey, tomó venganza contra su madrastra, esta intenta  huir de la corte, pero no tiene tiempo. Es encarcelada, condenada por crímenes graves, la despojan de todos sus bienes, pasando todos, a manos de Violant. Sibila tenía especial odio por su hijastro, lo que era correspondida. Esta situación se manifestaba con  toda  serie de traiciones y convivencia insoportable.
Este monarca era muy aficionado a la caza, las letras, las artes y a la astrología, pero poco conocedor de los temas económicos. Por lo que la reina francesa, aprovechaba para hacerse con lugares tan importantes como Teruel  que recibio la condición de ciudad .Quizás sea este el caso más llamativo de poder de la reina Violant. En los territorios de Teruel, se arrastraba una serie de luchas de linajes, banderías y venganzas que alteraban el orden público Esto propiciaba, los fraudes y la mala administración .Juan Jiménez de Heredia, baile de Teruel, había denunciado a los reyes, los crímenes, corrupción y negligencias. El procurador de la reina, aplicaba fuertes sanciones a los infractores, que recaían tanto sobre sus personas, privándoles de su cargo, como de sus bienes. El centro de las luchas por  los linajes, lo constituían en la ciudad de Teruel. La contienda que mantenían los Marcilla y los Muñoz, era una lucha privada e interna que asolaban el Reino. Juan envió órdenes terminantes a alcaldes y jueces, para resolver el asunto. Uno y otro bando, prometieron entregar al tesorero real, 2600 florines de oro, a partes iguales, pero los oficiales encargados de ir a recoger el dinero, no conseguían que pagasen. El monarca exigió que se pagara la pena pecuniaria .Con esto se pretendía que el dinero, revirtiera al erario y que las rencillas acallaran. Lógicamente todo este dinero, engrosó los ingresos de Violant, por el impuesto de monedaje. Esto era un impuesto, que se cobraba cada siete años. Solamente se libraban de este pago, aquellos caballeros armados, que estaban obligados a participar en las guerras, como sucedía en la ciudad de Teruel y sus aldeas.
Violant, le dijo a su esposo, que las contiendas de Teruel y sus aldeas, estaban poniendo en peligro la buena marcha de sus negocios y rentas. De esta manera se pudo quedar, tanto con los impuestos de las familias que habían mantenido la contienda, como con la aljama, que era muy importante y daba muchos beneficios. Madre  de seis hijos, pero todos fallecieron en su niñez, solamente una hija Yolanda llego a la edad adulta.
Las Cortes de Monzón, habían denunciado a Pedro IV, la corrupción y las malas gestiones que se estaban realizando debido a los malos consejeros. Asignaciones indebidas de la renta pública, a la nobleza, clero y particulares, acumulando tantas deudas, que los monarcas debían recurrir a la usura para poder sobrevivir.


Quienes prestaban este dinero, eran los judíos, y se llevo a cabo una política, antijudía, que primero estallo en Castilla, pero se fue extendiendo por todo el reino de Aragón, siendo Barcelona, el lugar más violento, donde se destruyo el barrio judío. En Zaragoza o en otras ciudades del reino, no hubo matanzas ni destrucción, pero existían muchas y graves tensiones.
Todas estas gestiones, las atendía Violant, aunque intento rodearse de buenos consejeros,
Juan I, también heredo los problemas de política exterior de expandir el Reino de Aragón por el Mediterráneo. Leonor de Arbolea, perteneciente a la familia más poderosa de Cerdeña, quería la independencia de la isla, y un año más tarde de firmar el tratado de paz, está reanudo nuevamente la lucha. El rey había organizado un viaje a la isla, encabezándolo el mismo, pero todo quedo en nada, al enterarse de que solo algunas tropas  leales al reino de Aragón mantenían el control.
Sicilia se mantuvo, porque Pedro IV, caso a su nieto Martin,  con María, reina de la isla. Algunos barones  de Sicilia,  con la bendición del Papa, habían nombrado rey a Luis de Durazzo, pero el Infante Martin, disolvió la revuelta y los jóvenes, Martin y María pudieron seguir gobernando, después de vencer la resistencia de los isleños. También cayeron por entonces, los últimos restos de la dominación aragonesa en Grecia. Anexionándose a La  Corona de Sicilia.
A todos estos problemas, se enfrentaba la reina Violant. En los nueve años de reinado, no hicieron nada  positivo, excepto en el orden cultural .La corte era el centro de un movimiento humanista, de ambiente francés, debido al influjo de Violant. Allí, los trovadores, músicos, juglares…encontraron el mecenazgo de la pareja real .El rey era un gran entusiasta de la música, un gran bibliófilo.
En política, la ambición de Violant, era la de conservar la paz, influyó en su esposo de manera tenaz, en este tema. Sabía que sus finanzas hubiesen peligrado, era más beneficiosa la paz que la guerra.
El reinado de Juan I, la nota dominante, era la de mantener la concordia  en política exterior. Solo se vio turbada, por la irrupción en el Ampurdan, por parte del conde de Armañac, que se creía con derechos, a quedarse con Mallorca, por ser heredero de Jaime IV.
Por lo demás, se mantuvo la alianza con Francia y la buena relación con el Pontífice de Aviñón. Juan I aconsejado por Violant, pretendía instalar al sucesor del  papa Clemente VII, el aragonés, Benedicto XIII, propuesta que fue desestimada, al pedir el monarca ayuda económica para tal fin a la ciudad de Barcelona. También tenía buenas relaciones, con los  reinos de Castilla y  Navarra.
Para Violant, la buena armonía entre todos los reinos vecinos, las alianzas y los tratados, eran muy importantes. La paz era el tema más importante de su reinado. Juan, se ganó el sobrenombre del cazador, que fue la causa de su muerte en 1396. Después de la muerte de su esposo, la reina se dedica a la educación de su hija Yolanda, que pasaría a jugar  un papel muy importante en la guerra de los Cien Años, entre Francia e Inglaterra, ya que financio el ejercito de Juana de Arco, para proteger al futuro rey, Carlos VII de Francia, durante la invasión de Enrique V. Se dice que Violant  aconsejó muy bien a su hija, en todas, las decisiones a las que se debía enfrentar.
La hijastra de Violant, Juana, reclamo sus derechos del Reino de Aragón. Siendo su marido, Mateo de Foix, quien lo invadió .Tenían la esperanza de poner al frente del Reino. En un principio fracasaron y fueron enviados de vuelta a Francia, donde Juana murió sin descendencia. Violant, mujer de fuerte  personalidad y carácter dominante, gobernó una corte  entregada a danzas, poesías, trovadores todo ello muy vulgar, donde Juan I, no decía nada sin que su esposa lo supiera y diera su parecer. Tuvo un enorme poder y dejo un Reino sumido en las deudas y la corrupción .Cuando asciende al trono su cuñado Martin I, abrió proceso contra, consejeros y miembros de la curia, acusados de corrupción, aunque, todos fueros absueltos, pero Martin I inicio la tarea de recuperar los bienes de Violant. Para que esto no pudiese ocurrir nunca más, se declaro la inalienabilidad del patrimonio del Reino, sentando una base legal, para impedir nuevas enajenaciones.


Violant falleció en Barcelona, el 13 de agosto de 1431.

Zaragoza a 28 de mayo de 2014
María Jé Salvador Miguel


Vicepresidenta

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